Casas Reales

"Se ha temido por la integridad de los Reyes": la visita real a Paiporta, contada desde dentro

Lo que debía ser un acto de apoyo y esperanza en Paiporta, la visita de los Reyes Felipe y Letizia al municipio arrasado por las recientes inundaciones, se transformó rápidamente en un escenario de tensión y frustración. "Se ha temido por la integridad de don Felipe y también de doña Letizia", nos dice uno de los enviados especiales de TVE que ha vivido el insólito momento. Apenas bajaron de los vehículos oficiales Sus Majestades, Pedro Sánchez y el presidente Mazón para acercarse a la población, la situación se salió de control, reflejando la mezcla de dolor y rabia de los vecinos, que veían en esa visita su oportunidad de ser escuchados.

La ira contenida, una explosión en cuanto pisaron el barro

Los Reyes, que llegaron por uno de los pocos caminos accesibles, se encontraron de inmediato con una multitud que los esperaba desde hacía horas. Habitantes de Paiporta y voluntarios que venían trabajando sin descanso desde que se desató la tragedia abarrotaban la entrada del municipio. A medida que avanzaba la noticia de su llegada, aumentaba también la cantidad de personas que aguardaban y con ellas una tensión palpable que se fue transformando en gritos y clamores por ayuda.

Felipe VI intentó avanzar hacia el centro del municipio, saludando a quienes alcanzaba y dispuesto a escuchar las demandas de los afectados. Desde su estatura visible entre la multitud, el Rey trataba de mantener el contacto con los ciudadanos. A pesar de su esfuerzo por conectar con ellos, la situación se deterioró: los ánimos exaltados de una multitud desbordada por el dolor y la sensación de abandono crearon un ambiente insostenible, lo que obligó a la comitiva a retroceder ante el tumulto.

Una retirada inevitable en medio de la desolación

La frustración acumulada en Paiporta no es solo una reacción a la tragedia natural, sino una manifestación de la desconfianza hacia la gestión de la crisis. Las imágenes de Felipe y Letizia tratando de avanzar y, finalmente, viéndose forzados a regresar, simbolizan la distancia que los vecinos sienten con respecto a sus líderes. La desolación de haberlo perdido todo se mezcla con el desencanto, y el regreso de la comitiva sin haber cumplido el recorrido planeado dejó una amarga sensación de derrota en la comunidad.

La desolación persiste, acompañada por el abandono

Mientras los voluntarios y habitantes regresaban en silencio, bajo la sombra de otra posible tormenta, en Paiporta quedaba una sensación de abandono absoluto. La frustración de no haber podido expresar completamente su sufrimiento y la resignación de que el camino a la reconstrucción será largo y solitario dejaron en la comunidad una huella más profunda que la propia catástrofe. Para muchos, la visita real simbolizó la esperanza de ser escuchados; su abrupta retirada, sin embargo, solo hizo más evidente una distancia que parece insalvable en este momento de desolación.

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