El escenario al que se enfrenta la Casa Real noruega empeora por momentos. Y es que Mette-Marit, aquejada a sus 51 años de una fibrosis pulmonar crónica, no solo encara ahora sus problemas de salud, sino también el goteo de informaciones referente a la detención de su hijo Marius este pasado verano.
La prensa noruega ha informado que la princesa consorte llamó por teléfono al joven, fruto de una relación anterior al matrimonio con el príncipe Haakon, para avisarle que los cuerpos de seguridad iban a detenerle tras destrozar el piso de su exnovia en Oslo. Y eso no es todo, ya que, según explican, antes de que llegaran los agentes se personó en la casa de su hijo para limpiarla.
"Notificó a Marius Borg que la policía iba a arrestarle y limpió la casa de su hijo", explican los medios noruegos sobre la futura reina consorte. "El 4 de agosto, Marius Borg Høiby es detenido y acusado de violencia contra su entonces novia. Aproximadamente media hora antes del arresto, la policía se pone en contacto con él por teléfono y le avisan de que van a arrestarlo. Pero Marius ya debía saber lo que le esperaba", continúan.
Este movimiento de la nuera del rey Harald con su hijo podría salirle caro, especialmente tras ser citada a declarar. "Cuando la policía llamó a Marius Borg Høiby, poco después, acordaron reunirse con él en la escuela Jansløkka, que está cerca de su casa y la de los príncipes herederos en Skaugum", apuntan los diarios.
"Según el registro policial, desde que la policía llamó a Høiby hasta que lo arrestaron en la escuela pasaron 33 minutos. Durante ese tiempo, la princesa heredera Mette-Marit, que vive al lado, habrá limpiado la casa de la que dispone Høiby. Más tarde, lo llevó a la escuela de Jansløkka, donde le esperaba la policía", sentencian.
Las denuncias se hicieron públicas hace ya tres meses, cuando Marius Borg fue detenido por primera vez tras destrozar, como comentamos, el apartamento de su ex. Tras pasar la noche en el calabozo, emitió un comunicado reconociendo tener problemas de adicciones a varias sustancias desde hace años. Pero aquello solo fue el principio de la tormenta que estaba por venir, pues a las primeras acusaciones se suman delitos por robo, posesión de sustancias ilegales, fiestas desmadradas en las dependencias reales o coches estampados contra muros.
Mientras la indignación de los ciudadanos crece y la popularidad de la familia real cae en picado. Marius no ayuda a calmar la situación. En los últimos días, su actitud soberbia ocupó las portadas de los medios. El pasado lunes fue captado saliendo de un supermercado con un pack de seis cervezas.
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