El viaje de Camilla (77) y Carlos III (75) por Oceanía está dando de qué hablar. Tras regalarnos anécdotas con simpatizantes, lidiar con republicanos y conocer que el monarca lleva junto a él a sus propios médicos, ha corrido como la pólvora una curiosa escena de su periplo por Oceanía. Esta vez, la protagonista ha sido la consorte británica, quien ha mostrado dolencias en uno de sus ojos durante un evento.
La reina Camilla paralizó un acto, ya que empezó a sentir molestias en uno de sus ojos. Tal era su malestar que la esposa de Carlos III no pudo evitar llevarse la mano al ojo para intentar suavizar su dolencia. Sin conseguir alivio, la consorte comenzó a lagrimear y seguidamente a llorar ante la atenta mirada de su marido y del resto de los asistentes. Mientras, la reina se tapó su rostro con un abanico.
Cuando calmó su malestar, Camilla comenzó a reírse y buscó la mirada cómplice de Carlos III. Al final, este percance se convirtió en una divertida anécdota y la reina se mostró relajada y de buen humor.
La consorte británica no es la única que ha presentado problemas de salud durante este largo viaje. A sus 75 años y tras anunciar el pasado mes de febrero su diagnóstico de cáncer, Carlos III ha llevado junto a él a sus propios médicos, quienes llevan varias bolsas con su tipo de sangre en la maleta y le monitorizan durante las 24 horas del día. También, el soberano abandonó un almuerzo de Estado el pasado domingo a los 10 minutos de llegar, ya que presentó cansancio y malestar.
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