Casas Reales

"Ha llegado el momento de que devuelvan a la infanta Cristina el título de duquesa de Palma", según Pilar Eyre

La imagen es esta: el Rey presidió en solitario en Madrid la ceremonia de entrega de las becas de posgrado en el extranjero de la Fundación La Caixa, empresa para la que trabaja la infanta Cristina como directora del área internacional. Allí ambos se encontraron y no se saludaron. Era la primera vez que la infanta acudía a este acto anual, al que por cierto asiste todos los años la reina Letizia. En esta ocasión, el 5 de junio pasado, Letizia no estuvo presente porque se encontraba de viaje de cooperación en Guatemala.

En ese acto (foto superior) no hubo un saludo entre Felipe y Cristina, al menos no hubo un saludo público. "Si hubo un saludo en la intimidad no cuenta porque lo importante sería la reconciliación pública y eso no se ha producido", escribe Pilar Eyre en Lecturas.

"La grieta es demasiado grande y el dolor es díficil de perdonar", continúa la escritora, que hace un repaso del caso Nóos y cómo a raíz de este proceso "se apartó a la infanta de la familia real". Recoge Eyre el episodio en el que el monarca revoca a su hermana el título de duquesa de Palma, después -dice- de que esta declinara renunciar al ducado. También se le instó a que renunciara a su puesto en la línea sucesoria, pero ella también declinó hacerlo. Cuenta Pilar que tomó su decisión por consejo de sus abogados, ya que hubiera implicado admitir su culpabilidad en el caso Nóos por corrupción. Recordemos que Cristina, imputada, finalmente resultó absuelta. No así su marido, Iñaki Urdangarin, que entró en prisión en junio de 2018 para cumplir cinco años y diez meses de condena. Desde entonces, la infanta "vivió como una apestada". Habla Eyre de "su particular vía crucis totalmente sola" y repasa sus últimos años después de que las fotos de su marido con Ainhoa Armentia vieran la luz en enero de 2022.

Asegura Pilar que las figuras de las dos infantas ganan enteros entre la gente. Para glosar esta opinión, relata una anécdota que tuvo lugar en el funeral de la hermana de Lorenzo Caprile, diseñador y amigo personal de ambas. Caprile también ha creado vestidos para doña Letizia. Las infantas llegaron a la misa de Paola, en la madrileña iglesia de San Fermín de los Navarros. Iban juntas y se quedaron de pie en las filas de atrás del templo abarrotado. Pese a los intentos, cuenta Pilar, de que ocuparan un banco en la primera fila, se mantuvieron en un discretísimo segundo plano. Al finalizar la misa, fueron a abrazar a Caprile.

Con este relato, Pilar lanza la opinión en Lecturas de restituir a Cristina "el lugar que le corresponde devolviéndole el título de duquesa de Palma porque no se entiende que su hermana sea duquesa de Lugo y que incluso su padre siga siendo Rey".

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky