El duque de Westminster (33) y Olivia Henson (31) se dieron el "sí, quiero" este viernes en la catedral de Chester después de tres años de relación. La boda, una de las más esperadas en Reino Unido, reunió a grandes personalidades de la realeza y de la alta sociedad. Apenas tres días después del esperado enlace, han salido a la luz los detalles privados de la celebración.
"Hacía mucho tiempo que no comía así, la burrata era excepcional. También había una nevera llena de helados y podrías cogerlos en cualquier momento", ha desvelado uno de los invitados a la revista HELLO!
Más allá de seleccionar un exquisito menú para su gran día, los novios montaron un fiestón por todo lo alto. "Había una orquesta en directo que era impecable, nunca antes había escuchado música así. Y para poner el broche de oro hubo un espectáculo de fuegos artificiales que fue espectacular", han revelado desde el citado medio. En cuanto a la decoración, el duque de Westminster y Olivia Henson hicieron un guiño a la capital del Reino Unido con una escultura del mítico Big Ben. "¡Fue increíble!", han señalado.

Para que los invitados estuviesen lo más a gusto posible, el ahijado de Carlos III y Olivia facilitaron unos taxis. "Fue estupendo y muy cómodo", han asegurado. Asimismo, para que guardaran un recuerdo especial de la boda, los novios regalaron a sus allegados un bonito dibujo de la finca familiar. "Todos nos llevamos a casa hermosos regalos que incluían un mapa pintado a mano de los terrenos de Eaton Hall", han manifestado.
Este enlace era muy esperado por la gran influencia de los novios en Gran Bretaña, que ya encarnan una de las uniones más poderosas del país. La fortuna del duque gira en torno a los 14.000 millones de euros, una cantidad que reparte entre sus negocios por varias ciudades del mundo.

Entre los invitados no pasaron desapercibidos rostros clave, como el príncipe Guillermo y la princesa Eugenia. El primogénito de Carlos III fue uno de los primeros en llegar. Eso sí, lo hizo sin su esposa. Kate Middleton permanece ausente de la vida pública, centrada en cumplir con su tratamiento contra el cáncer. El príncipe ayudó a los novios en las labores de organización, acompañando hasta sus asientos a algunos de los invitados a la boda.

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