Vamos para dos años desde las fotos de la traición en Bidart de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia. Tras este largo impass, la infanta Cristina apura para firmar su divorcio con el ex duque de Palma, que a más tardar se cerrará en enero. Con este panorama, hemos visto que la estrategia de Ainhoa a lo largo de este tiempo es mantenerse en un discretísimo perfil bajo.
La vitoriana no quiere estridencias. Todo lo contrario. Desde que conocimos a Ainhoa Armentia en aquellas fotos del paseo romántico por la playa de la mano de Iñaki, la abogada se mantiene en un perfil bajo tirando a muy bajo. Ya que el anonimato no es una opción por ser su novio quien es, al menos busca ese espacio entre la discreción y el no dar que hablar. Ahora, en la recta final de ese impass que se ha hecho eterno para el matrimonio Urdangarin-Borbón, Ainhoa vuelve a los titulares.
Una vez que se firme ese divorcio, el ex jugador de balonmano será libre para casarse con la vitoriana, con quien ya comparte techo. Iñaki vive con su novia y los hijos de la vasca en el piso familiar que tiene ella en Vitoria, tal y como publicamos. En cuanto al divorcio, si repiten patrones lo más probable es que nos llegue vía comunicado a través de una fuente oficial como la Agencia Efe, que fue el canal escogido en 2022 para anunciar su separación.
La relación de Iñaki y Ainhoa se ha normalizado poco a poco. Ha llevado su tiempo, pero están ello. Hasta tal punto de que Pablo Urdangarin ya conoce a la mujer que ha sustituido a la infanta Cristina en el corazón del que fuera jugador de balonmano de la selección española.