Llega la recta final de The Crown. Los últimos capítulos de la sexta temporada nos muestran cómo se fraguó la relación de Guillermo y Kate Middleton, cómo se conocieron y cómo se enamoraron. También nos muestra un perfil de la madre de Kate, Carole Middleton, marcada por la obsesión del ascenso social para sus hijos. Sobre todo, para la propia Kate, a quien allanó el camino para propiciar el encuentro con el heredero al Trono.
Unas intenciones de los Middleton, que puestas bajo la lupa, transmiten una intencionalidad y un deseo de emparentar con la Casa Real. Esta teoría de la fijación por el ascensor social del matrimonio, ya contada en algunos libros sobre la princesa, ha vuelto a la palestra con The Crown. La aclamada ficción de Netflix se ha sincronizado en el tiempo con el lanzamiento del sonado Endgame, la nueva pesadilla literaria para los Windsor. Su autor, Omid Scobie, desliza que el matrimonio Middleton trabajó "muy duro" para que sus hijos progresaran. Las esperanzas estaban puestas en Kate, que estaba preparada "para llevar el apellido a lo más alto".
Se centra esta sexta temporada de la ficción del gigante del streaming en los herederos: en Carlos y en Guillermo. El caso de Guillermo acapara una de las tramas más potentes de los episodios de estreno. Foto inferior, los actores Ed McVey (en la piel del príncipe de Gales); y Meg Bellamy (la princesa).
Encontramos la historia de amor que unió al príncipe con una joven estudiante. Ambos se conocieron en las aulas de St Andrews. Pero no fue un encuentro casual, sino propiciado. Así lo cuenta la serie. Carole convenció a su hija para que renunciara a su plaza en la Universidad de Edimburgo, que había sido su primera opción, y se tomara un año sabático. Tras ese parentésis, la joven Kate se matriculó en St Andrews. Con unas palabras simbólicas haciendo un símil de lucha de boxeo, la cronista real Tina Brown en su libro Los papeles de palacio habla de Carole como la entrenadora de Kate, a quien curaba las heridas y le aconsejaba los pasos a seguir en su relación con Guillermo. "Sus huellas están presentes en el tablero del ajedrez real".
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