"Tengo que pedir disculpas a Su Majestad la Reina, a la infanta y a la Casa Real y al que se haya sentido ofendido". Han sido sus escuetas palabras para explicar el gesto obsceno que dio la vuelta al mundo y que tuvo lugar junto a doña Letizia en el momento en que celebró la victoria del Mundial agitando una mano y llevándose la otra a la entrepierna.
Intenso, sobreactuado y nervioso. Luis Rubiales ha manejado sus tiempos y ha lanzado un "no voy a dimitir" en la sede de la Real Federación Española de Fútbol, en Las Rozas. Ha arrancado su intervención con un perdón a la Casa Real. Se refería Rubiales al vulgar gesto de llevarse una mano a sus genitales mientras celebraba la victoria de la Selección Española en Sídney. El detalle se produjo en el palco, junto a Letizia y su hija Sofía.
"He estado muchas veces en un palco... ", se explicaba el presidente de la federación, mientras trataba de justificar su ordinario gesto. "En un momento de euforia me agarré esa parte del cuerpo", y ha interpelado a Jorge Vilda, entrenador y seleccionador de la selección femenina. "Me emocioné muchísimo hasta el punto de perder el control y llevarme las manos ahí... En el momento, nada más ganar el Mundial, tu primera reacción fue girarte al palco y dedicármelo. Yo te dije 'no, no, tú. Y en ese momento hice esa señal, olé tus huevos (con perdón)". Muy poco convincente eso de minimizar el episodio e implicar a Vilda en esa bochornosa reacción.
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