Leonor y Sofía, los Urdangarin y los Marichalar: cigarras y hormigas entre los ocho nietos de Juan Carlos I

Ponen verde a la princesa Leonor desde este viernes. Pero es verde caqui, porque la visten de militar, no porque caiga mal. Todo lo contrario. La princesa de Asturias cae bien. Está guapísima con su uniforme y exhibe a sus 17 años una madurez y educación admirables; y ahora sabemos también que la Heredera tiene capacidad de sacrificio.

Su hermana pequeña, con solo 16 años, es un primor. No porque sea alta y bella, ni porque siempre tenga una luminosa sonrisa para los fotógrafos (muy de agradecer); sino porque su imagen pública es un ejemplo a seguir, mostrando valores y actitudes que suman a favor de la Casa Real y de sus padres. Doña Letizia y la infanta Sofía están en Australia para asistir este domingo, 20 de agosto, a la final del Mundial Femenino de Fútbol. 

La presencia de madre e hija en el palco del Accor Stadium apoyando a nuestra Selección es una más de las muestras de su compromiso con la igualdad de género. La hija menor de los Reyes, además, es una gran seguidora de este deporte. Tras volver de Sídney, viajará a Gales para iniciar sus estudios en el UWC Atlantic College, donde estudiará los dos próximos cursos, siguiendo los pasos de su hermana. 

Sofía y Leonor son un orgullo no solo para Felipe VI y doña Letizia sino para la propia Institución, y por tanto para el bien de la inmensa mayoría de los españoles, que convivimos soberanamente en la forma de Estado que nos hemos dado y que no es otra que la monarquía parlamentaria.

De los ocho nietos de Juan Carlos I y doña Sofía, podemos afirmar que seis han salido buenos. Porque si la futura reina y su hermana muestran unas hechuras que prometen, los cuatro hijos de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina han salido magníficos, lo cual suma mérito si tenemos en cuenta aquello de "los niños, lo que ven en casa". Porque Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin Borbón, todos ya mayores de edad, son un milagro de la naturaleza a tenor del largo e intenso calvario mediático que torturó su infancia y su adolescencia. Es verdad que gracias a los dineros obtenidos por sus padres vivieron entre algodones, materialmente hablando. Pero no tienen culpa ni responsabilidad en fechoría alguna. Al contrario, han sido víctimas.

Primero fueron los escándalos por las sospechas de corrupción sobre su madre y su padre; más tarde llegaron el banquillo tanto para la infanta Cristina como para Iñaki Urdangarin, y después la humillación de la condena (5 años y 10 meses de prisión) y la cárcel por ladrón para quien había sido un héroe olímpico con medalla, un apuesto atleta que robó el corazón de la hija guapa del rey Juan Carlos antes de perpetrar otras fechorías que poco o nada tienen que ver con la historia de amor que pintaban las revistas.

Por si aquel golpe fue poco para los Urdangarin-Borbón, al poco de pisar la calle, el exjugador de balonmano se la pegó a la madre de sus hijos con la rubia más mona que le hizo ojitos en la oficina. Se enamoró. Eso no es delito. Pero los chavales de nuevo sufrieron (y sufren) y dieron una lección de serenidad, comportamiento y saber estar y resistieron admirablemente los embistes mediáticos. Uno se decanta por el automovilismo y la Extreme E, otro se gana ya la vida siguiendo la parte virtuosa de su padre con el balonmano, otro, apasionado por las ciencias del mar y la benjamina, tras su graduación, hace prácticas ya antes de empezar con la hostelería en un centro carísimo pero muy prestigioso.

Esos son los próximos retos de Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin, sin duda la mejor obra de sus padres, a quienes podrán achacárseles muchos errores pero a quienes hay que reconocer el importantísimo acierto de haber educado bien a sus hijos. Es verdad que tuvieron la riqueza y los medios para formarles en donde quisieran pero otros también contaron con ese y otros privilegios y sin embargo su imagen pública es lamentable. Porque los Marichalar Borbón no son precisamente el sueño dorado de quienes velan porque la familia de Felipe VI caiga lo mejor posible a la mayor cantidad de súbditos posible. Froilán y Victoria Federica ocupan respectivamente el cuarto y quinto lugar en la línea sucesoria al Trono, de acuerdo con el artículo 57 de la Constitución.

Ambos están al otro extremo de lo que su abuelo llamaba "ejemplaridad" en Nochebuena cuando era jefe de Estado, y sus amantes y mordidas permanecían escondidas. Los hijos de Jaime de Marichalar y la infanta Elena son, se dice, los nietos favoritos de don Juan Carlos. Porque Froilán y Victoria de Marichalar son los que más le visitan, los que se iban con él a los toros y a comer después por la cara estrellas Michelin o lo que se terciara. También son más que presuntamente los que tenían algo así como tarjetas black del abuelo y desde luego son y han sido desde hace tiempo los más escandalosos.

Sin duda los padres y los abuelos han de querer a todos pero la equidistancia es a veces injusta. No es lo mismo acabar el verano en un cuartel, comenzado su formación militar con la disciplina característica de la prestigiosa Academia General Militar de Zaragoza, como Leonor, que andar todo el día presumiendo en portadas bien pagadas y en redes sociales de juergas, viajes, noche, morreos y bolsos de diez mil euros. Victoria Federica, que cumple 23 años en unos días, a la edad de Leonor salía en los medios porque acababa "trifásica" en La Nuit, ese sitio de Madrid al que van los dieciochoañeros y en donde los pies se le pegaban al suelo.

Victoria Federica: patriota de postureo y trifásica de noche

Victoria Federica es patriota de postureo y se las da de muy española pero su actitud no ayuda a la Corona de España. Resta. Y mucho. Si Leonor, a punto de cumplir 18 años, aparece ahora con los apellidos Borbón Ortiz bordados en los cuatro nuevos uniformes que le dieron al ingresar en Zaragoza, su prima mayor lleva cosida en la frente la imagen de la superficialidad, la ausencia de valores, y la mala educación frente al público, incluso cuando comparece cobrando en eventos remunerados. Hacen muy mal las marcas en poner dinero para asociarse a una Borbón que no borda su apellido a favor de la Corona, es decir, de su tío Felipe y lo que representa.

Victoria Federica, si nos fijamos en redes sociales y revistas, vive en un mundo coloreado de imbecilidades. Sí, tiene la edad que tiene. Pero sus primas, más jóvenes, son ejemplares. VicMabor se viste, se maquilla y se peina para ir de fiesta. Pero, lleve el cabello suelto o recogido en un moño con una redecilla (como tiene que hacer la Cadete Borbón), lo que transmite es que nos toma el pelo dándose la gran vida sin dar un palo al agua solo por ser sobrina del jefe del Estado pero sin asumir ninguna responsabilidad. Es más, mostrando irresponsabilidad en ocasiones porque no parece que a la hermana de Froilán le importe erosionar la institución que comanda su tío Felipe, quien lucha denodadamente por recomponer los daños infringidos a la imagen borbónica tras la catarata de escándalos protagonizados por su padre y antecesor en el cargo.

¿Por qué no se arriman Leonor y Sofía a Victoria Federica y Froilán?

Se dijo a principios del verano que la reina Sofía se iba a dar el gustazo de ver a sus ocho nietos juntos en Marivent. Se publicó pero no era cierto. Nunca quiso Zarzuela esa imagen que prometieron algunos medios. No es que hubiera cambio de planes. Es que Felipe y Letizia no gozan viendo a sus hijas con la fiestera patológica de Vicmabor ni con el primo Froilán, a quien tuvieron que proponer hace meses una especie de exilio voluntario como el de su abuelo picaflor porque ya empezaba a salir más en las páginas de Sucesos que en Informalia y el Hola. Dicen que cuando alguien con sensatez en el seno familiar leyó en el mismo titular drogas, sauna y Froilán llamó a Juan Carlos I para que le buscara un padrino con petrodólares que alejara al hijo de Doña Elena de las discotecas, las peleas, los tiroteos y sobre todo de los paparazzi.

Sin embargo, es falso que Letizia y su marido veten ningún encuentro familiar entre primos. Y mucho menos que tengan nada contra ninguno de los primos Urdangarin ni por supuesto les molesta lo más mínimo que se vean con sus primas Leonor y Sofía. Nos cuentan que los hijos de la infanta Cristina van a Zarzuela mucho más de lo que trasciende. Lo hacen con toda libertad, a visitar a su abuela y en ocasiones acompañados de su madre. Si se dan las coincidencias y están sus primas no dejan de verlas y los abrazos son sinceros, naturales y emotivos.

Si Leonor y Sofía no han coincidido este verano en el Palacio de Marivent, en Mallorca, con ninguno de ellos es porque la infanta Cristina tenía decidido visitar en Grecia a su familia materna y otros asuntos laborales y de estudios, según los casos. Además, las vacaciones para la Princesa Leonor han sido especiales. Se ha despedido antes para ingresar como cadete en la Academia Militar de Zaragoza y cumplir con sus obligaciones con las Fuerzas Armadas, como ya hiciera su padre. Antes, estuvo por los jardines de Alfàbia, en la sierra de la Tramuntana con su hermana y sus padres y salió de cena con su abuela.

Mientras Felipe VI competía con el Aifos en la Copa Mapfre, sus hijas salieron a navegar con un grupo de amigas por la bahía de Mallorca. También fueron al cine para ver Barbie, donde Leonor se atrevió con el 'barbicore', todo en rosa, con un vestido en satén con falda midi y con la manicura en rojo.

Ya está en el Ejército de Tierra y luego vendrán las Escuelas Militares de Aire en San Javier, Murcia, y de la Armada en Marín, Pontevedra, tres años disciplina,  estudio y y la gozada de navegas en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Todo ello, sin descuidar sus obligaciones institucionales, la jura de la Constitución cuando cumple los 18 años el próximo 31 de octubre y su asistencia a los premios que llevan su nombre.

La tutora de la princesa

La teniente coronel Margarita Pardo de Santayana es la tutora que estará junto a Leonor durante su formación castrense, que comenzó "nerviosa", pero "con muchas ganas". Otro guía esencial es, cómo no, su padre, y superior ahora, cuyo consejo ha sido que afronte "con paciencia y esfuerzo estos primeros días, que serán muy duros".

Los lujos de palacio son ahora una camareta compartida con 11 compañeras. Leonor dispondrá como todos los cadetes de zona de estudio con internet y taquillas.

Si para Leonor las vacaciones han terminado definitivamente (ya la hemos visto en formación con el resto de sus compañeros), Victoria Federica quema Ibiza, tontea en una moto de agua a gran velocidad, muy interesada con un joven, pasea por Formentera, devora en Can Carlitos (su oblea de oro), se sube a barcos de 6000 euros al día de alquiler, y los exhibe todo en sus 'stories'. Da igual que esté en Starlite Occidente en Marbella o en la plaza de toros de La Malagueta. 

Froilán dejó se ha escapado de Abu Dabi y ha abandonado su trabajo en la petrolera por vacaciones; ha pasado por Suiza, visitó a sus padres, y se fue de fiestas a Marbella con su pandi. Estuvo en Arganda del Rey, le dio al techno, con el cantante Cepeda, o con la 'influencer' Belén Perea, y luego por supuesto a Ibiza. Ya ha vuelto a Abu Dabi. Por Mallorca no le vimos.

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