En esta cascada de revelaciones de Harry, como parte de su macro campaña mediática para cebar el lanzamiento de sus memorias En la sombra, siempre hay una respuesta que supera a la anterior. Siempre hay un más difícil todavía. En esta ocasión ha sido su título de Sussex.
Harry está en promoción de su libro. ITV, CBS y Good Morning America... El príncipe consigue altísimas cuotas de audiencia, pero su popularidad cae en picado. No ha dejado títere con cabeza: Camilla queda como una villana; su hermano Guillermo, que le pegó y prácticamente le manipuló para que se vistiera con aquel fatal uniforme de nazi en la fiesta de disfraces de 2005; Kate, que apoyó a Guillermo; Carlos, que no le hizo caso cuando le imploró que no se casase con Camilla. Que para su padre él era como un recambio (de ahí el título del libro). Que nunca acusó a su familia de racismo y que solo vio entonces "un sesgo inconsciente". Y así hasta el infinito.
Entre sus revelaciones de cuándo perdió la virginidad, de cuándo probó cocaína o marihuana; o cómo se entregó al alcohol para superar el dolor de la muerte de su madre, hay un asunto que quedaba por preguntar. Qué pasa con el título de Sussex. Eso fue lo que le formuló Anderson Cooper en el programa Good Morning America. Harry respondió: "¿Y qué diferencia habría?"
Además, añadió que ni él ni su mujer "regresarán al Reino Unido" ni volverán a ser miembros activos de la familia real. "Nunca", zanjó el duque.
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