Industria

Equipe revoluciona la industria cerámica con el primer horno eléctrico en plena encrucijada por la descarbonización

Línea de producción del nuevo horno de Equipe Cerámicas.

Ángel C. Álvarez
Valencia,

Una de las mayores industrias exportadoras de España, el azulejo, vive un auténtico terremoto por los efectos de la fuerte subida del gas natural de sus hornos y el calendario para cumplir los objetivos de descarbonización marcados por Europa. Una auténtica encrucijada para las empresas que parecen abocadas a tener que elegir entre el hidrógeno o la electricidad como sustitutos del gas natural.

La azulejera castellonense Equipe Cerámicas ha desencadenado el que puede ser el arranque de una revolución con la puesta en marcha del primer horno eléctrico en España. Un sistema que tradicionalmente había sido tachado de poco viable por el sector por las altas temperaturas que requiere este proceso industrial y que se deben alcanzar en cortos plazos de tiempo.

Precisamente esa fue la respuesta que recibió Equipe de los grandes fabricantes de hornos cerámicos cuando planteó esta opción hace dos años. "Nos decían que no existía nada similar que funcionase", recuerda Rogelio Vila, director general de la firma castellonense. Así que la empresa española que forma parte del grupo Italcer, que también cuenta con plantas en Italia, decidió desarrollar su propio equipo junto al el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) de Castellón y la firma local de ingeniería y maquinaria Systemfoc.

Tras dos años de trabajo, el horno 100% eléctrico que ha arrancado en su planta de Onda permite alcanzar los 1.200 grados centígrados necesarios para la cocción cerámica. Y lo hace siendo competitivo. "Estamos consiguiendo ahorros del 30% sobre el gas natural, y sólo con las primeras mediciones, aún tiene margen de mejora", subraya Vila.

Y es que la utilización de resistencias eléctricas en lugar de quemadores les ha permitido aprovechar otras ventajas, como reducir el volumen de las cámaras de cocción al no necesitar que haya un flujo de gases como en los de gas. Otra de las claves del nuevo equipos es la mejora en el aislamiento con que se ha diseñado, que también permite reducir la energía necesaria.

El responsable de Equipe asegura que sólo con los ahorros en los derechos de emisión de gases contaminantes ya tienen previsto poder amortizar la inversión de 2 millones de euros realizada en los equipos en algo más de un año.

Rogelio Vila, director general de Equipe Cerámicas.

El porqué eléctrico

La empresa se decantó por la electrificación porque "es la única que podías llevar a cabo directamente y por completo. En el caso del hidrógeno se habla de sustituir paulatinamente una parte del gas natural, aún es a muy largo plazo", comenta el directivo. Además, el fabricante que está especializado en pequeños formatos y exporta más del 90% de su producto considera que es la única alternativa que asegura una independencia energética en un plazo de tiempo más reducido.

Su primer horno es aún un pequeño paso, ya que con él han sustituido el de menos dimensiones de los que contaban en su planta de Onda. Su capacidad de producción representa apenas 350.000 metros cuadrados de los 7 millones de metros totales de la empresa. Pese a ese alcance aún limitado, para el ejecutivo de la azulejera la implantación de los hornos eléctricos supone un salto tecnológico que puede compararse al que que supuso a principios de la década de 1980 la implantación del gas natural en las azulejeras de Castellón, que multiplicaron su actividad y permitió aplicar nuevas innovaciones.

A partir de la experiencia en este horno eléctrico el grupo cerámico en el que están presentes los fondos Mindful Capital y Miura planteará su descarbonización. "Vamos a elaborar un nuevo plan de negocio a cinco años en el que vamos a incluir la electrificación tanto en España como en las plantas de Italcer en Italia", explica Vila, que considera que la será un proceso gradual y prolongado en el tiempo.

De hecho, tiene claro que cumplir con los plazos de descarbonización planteados a la industria no es sólo una cuestión tecnológica. "Será viable o no en función de las ayudas que reciban las empresas, ni más, ni menos", sentencia.

Y la electrificación de los hornos no es la única vía en la que trabaja su grupo. También ha desarrollado una patente para recuperar CO2 emitido en el proceso de los hornos actuales y trabaja en el desarrollo de nuevas formulaciones de las materias primas de sus piezas cerámicas, para evitar el carbonato cálcico y las emisiones que generan en propio proceso más allá de la combustión del gas, que suponen alrededor del 15% del total.