Industria

Duro Felguera logra más plazo de Sepi y pide 350 millones en avales a la banca


Cristian Reche
Madrid,

Duro Felguera redirige su plan de viabilidad tras allanar la entrada de sus dos nuevos socios, Mota-Engil México y Prodi, al quedar exenta esta última de lanzar una oferta pública de adquisición (opa) por la firma de ingeniería con sede en Asturias. La compañía ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su hoja de ruta actualizada, en la que se contempla un nuevo calendario de vencimientos para devolver la ayuda de la Sepi y, además, la necesidad de lograr 350 millones de avales.

La empresa remite al regulador un informe independiente, elaborado por Alantra, en el que se concluye que no cumplirá con los objetivos para 2023 contemplados en el plan de viabilidad ante el retraso en la entrada de Mota-Engil México y Prodi, si bien los 90 millones que inyectan sí permitirá alcanzar las metas fijadas al final de la hoja de ruta, en 2028.

Duro Felguera ha negociado modificar el calendario para devolver el préstamo participativo de la Sepi, desembolsado a través del Fondo de Solvencia para Empresas Estratégicas (FASEE) y del Principado de Asturias, a través de la Sociedad Regional de Promoción (SRP). Inicialmente, Duro Felguera debía devolver 88,2 millones en 2024 (84 millones a la SEPI y 4,2 millones al SRP) y 17,8 millones en 2025.

La deuda con la sociedad estatal alcanza los 100 millones (80 millones de créditos participativos y 20 millones en ordinario) y el nuevo calendario establece que amortizará 15 millones en 2026, 36 millones en 2027 y 49 millones en 2028. En el caso del crédito del Gobierno asturiano, tendrá que devolver 750.000 euros en 2025, 1,05 millones en 2026 y 4,2 millones en 2027.

A esto se suma el acuerdo suscrito entre Duro Felguera y la SEPI en septiembre pasado para modificar el Acuerdo de Gestión, estableciéndose un régimen de tramitación simplificada y otro general respecto a la concesión de autorizaciones para la gestión de la sociedad.

Adicionalmente, en la documentación se hace hincapié en la situación financiera de la compañía, que necesitará más ayuda de la banca. Así, la ejecución del Plan México, aprobado en noviembre pasado para crecer en el país, y del plan de viabilidad actualizado, requiere la obtención de avales por unos 350 millones de euros, frente a los 80 millones dispuestos inicialmente.

Peligro grave e inminente

Las entidades financieras hasta el momento han prestado su apoyo a la compañía. De hecho, a finales de diciembre, y a la espera del cambio de control una vez se capitalicen los créditos de Mota-Engil y Prodi, los bancos concedieron una nueva dispensa (waiver en el argot financiero) en el cumplimiento de determinados ratios del contrato de financiación firmado a finales de 2021.

El retraso en la entrada en el capital de los inversores mexicanos ha provocado que la dirección del grupo admita que "las previsiones del Plan de Viabilidad Actualizado a 31 de diciembre de 2023 no se van a cumplir", reza el informe de Alantra, en el que se explica que la desviación en el resultado bruto (ebitda) a octubre de 2023 respecto a la proyección a 31 de diciembre es de 27,8 millones de euros.

Con todo, la firma resalta que el plan revisado y el Plan México "van a permitir no solo recuperar las menores ventas de 2021 y 2022, sino incrementar el importe total de ventas para el periodo 2021-2028, y por tanto, la generación de caja", que, junto con la inyección de 90 millones, permita a superar una situación que sin la entrada de Mota-Engil y Prodi haría que, según acredita Alantra, "la viabilidad financiera de la sociedad esté en peligro grave e inminente".

228,3 millones de euros

Las cifras de ventas remitidas a cierre de octubre de 2023, última fecha disponible, ascienden a 228,3 millones de euros, evidenciando una mejora sustantiva frente al mismo periodo del año anterior.

Sin embargo, la compañía asturiana logró durante el mismo periodo un ebitda negativo de 3,5 millones de euros y unas pérdidas totales de 13,3 millones. El resultado ha estado condicionado en parte por la evolución de un proyecto en Países Bajos con Tata Steel, empresa con la que está en negociaciones para reconocer algunos sobrecostes que puedan recuperarse.