Industria

La vuelta de ArcelorMittal a EEUU: sumaría 36 plantas y 20.000 millones en ventas si compra US Steel

  • La siderúrgica estudia presentar una oferta por la compañía estadounidense, cortejada por Cleveland-Cliffs
  • Se asentaría como la segunda mayor empresa del sector en una industria dominada por China
  • La firma luxemburguesa ya adquirió en abril de 2022 una fábrica en Texas valorada en 1.00 millones de dólares
Un empleado de Arcelormittal. EE

Carles Huguet
Barcelona,

ArcelorMittal sopesa volver con fuerza a Estados Unidos. La segunda mayor siderúrgica del mundo vendió en 2020 la mayoría de sus infraestructuras en el país para centrarse en mercados como Brasil y la India, pero tres años después vuelve a mirar con interés al gigante norteamericano. Hace un año ya adquirió el 80% de una planta de briquetas de hierro en caliente en Texas y ahora estudia lanzar una oferta por US Steel, la tercera acerera más grande de la región, lo que implicaría regresar con más músculo que nunca: 35 nuevas plantas -tiene otra en Eslovaquia- y 21.065 millones de dólares en ventas.

Según informó Reuters, la cotizada con sede en Luxemburgo estaría en conversaciones con bancos de inversión para lanzar una propuesta por la compañía, sondeada también por la acerera Cleveland-Cliffs y el conglomerado Esmark Inc.

Los analistas de Banc Sabadell calculan que la proposición rondaría los 7.800 millones de dólares (7.200 millones de euros, al cambio actual), lo que dejaría a la organización en "unos niveles de endeudamiento razonables" y mostraría el "valor oculto del sector". La cifra supera en un 50% la cotización de la sociedad americana.

La empresa ni siquiera se pronunció, pero un regreso a Estados Unidos complementaría la huella geográfica que tiene en el mundo. Con 50 instalaciones en Europa y 15 en Latinoamérica, su actividad en Norteamérica (16 ubicaciones) se concentra en Canadá y México. En la tierra de las oportunidades apenas suma el 80% de la propiedad de una planta de briquetas de hierro caliente adquirida a la austriaca Voestalpine en Texas, valorada en 1.000 millones de dólares y dos instalaciones de downstream.

La producción conjunta de ArcelorMittal y US Steel fue de 83,38 millones de toneladas en 2022

De fructificar la adquisición, se haría con 23 plantas propias y otras 12 de propiedad compartida a través de joint ventures en el país. Ganaría capacidad y producción para consolidarse como la segunda firma del sector a nivel mundial y la primera en Occidente.

Según los datos de Worldsteel, ArcelorMittal sacó al mercado 68,89 millones de toneladas en 2022, a los que se sumarían 14,49 millones de toneladas de US Steel. En total: 83,38 millones de toneladas anuales, aunque la cifra será probablemente más baja a partir de ahora al relajarse la euforia postpandemia vivida en los dos últimos ejercicios en el sector.

Así, se acercaría a los 131,84 millones de toneladas de China Baowu Group y se alejaría de los 55,63 millones de toneladas de la también china Ansteel Group. El golpe se daría además en un momento en el que el Gobierno del gigante asiático aboga por las fusiones en el sector y pide recortes de producción ante el exceso de oferta motivado, entre otros, por el débil crecimiento de la economía interna del país.

Según datos de Marubeni Research, el exceso de oferta alcanzó en mayo máximos de los últimos siete años. Tanto Ansteel Group como China Baowo ejecutaron o estudian realizar adquisiciones para consolidar la industria de un país responsable del 50% de la producción a nivel mundial.

A nivel económico, ArcelorMittal crecería alrededor de un 25%. Con los datos de 2022 en la mano, sumaría 21.065 millones de dólares a su facturación de 79.844 millones de dólares, añadiría 2.524 millones de dólares a su beneficio neto de 9.302 millones de dólares e incrementaría en 4.233 millones de dólares su Ebitda de 14.161 millones de dólares. También elevaría su deuda bruta, que saltaría en 3.907 millones de dólares frente a los 11.700 millones de dólares en los que cerró el año pasado.

Además, US Steel está inmersa en un camino parecido al de la cotizada europea: el del acero verde. Mientras Arcelor está en conversaciones con, por ejemplo, el Gobierno para obtener una ayuda de 450 millones de euros para descarbonizar su planta de Gijón, la siderúrgica americana explicó a los mercados que invertirá 2.500 millones de dólares en transformar algunas de sus viejas instalaciones en hornos eléctricos. Este gasto sería uno de los motivos por los que cotizaría con descuento, según Reuters.

Cleveland-Cliffs es la favorita para la plantilla de US Steel

El posible interés de ArcelorMittal se topó eso sí con un contratiempo: el rechazo de los sindicatos, que tienen voz en el proceso de venta. El comité de empresa de la compañía dijo que se trata de una oferta "de necios". La plantilla apoya la candidatura de Cleveland-Cliffs, que ofreció 7.300 millones de dólares, aunque el precio fue rechazado por el consejo. Este hecho provocó que Esmark, la tercera en discordia, se retirase del concurso.

Tener éxito con la operación supondría poder servir de manera interna el que es todavía su primer mercado a pesar de la salida de 2020, con unas ventas de 8.835 millones de dólares el pasado año. Le siguen los 8.715 millones de dólares de Brasil y los 7.761 millones de Alemania. Más en un momento de fuerte inversión pública con los planes de la administración Biden como el Green New Deal -para descarbonizar la economía- y el Buy America. Además, la industria en el país se beneficia de los aranceles impuestos por Donald Trump en 2018.

Pero ArcelorMittal podría beneficiarse de una consolidación a pesar de no ser la compradora definitiva. Lo haría gracias a las posibles restricciones de competencia en sectores como el automóvil, donde la compañía resultante de Cleveland-Cliffs sumaría más del 50% de cuota de mercado, según datos de KeyBanc Capital Markets recogidos por Fastmarkets. Y al parecer las grandes corporaciones del país, como Nucor y Steel Dynamics, no estarían preparadas para surtirlo.

Podría tomar parte del pastel con su operativa en Canadá a la espera de una nueva oportunidad. Los interesados sostienen que el acero producido en EEUU es un porcentaje pequeño a nivel mundial y que el precio viene marcado por las marcas chinas, más baratas que el producto nacional pese a los impuestos a las que están sometidas.