Energía

Cepsa busca oportunidades entre las empresas ahogadas por la caída del petróleo

  • Las coberturas del petróleo dejarán más operaciones de concentración

Rubén Esteller

Las operaciones de compra en el sector petrolero se acelerarán a finales de este año. La razón es muy sencilla: la caída de los precios del petróleo ha provocado que muchas pequeñas empresas tengan problemas de liquidez que ahora logran soportar gracias a las coberturas financieras existentes sobre los precios del crudo, pero que una vez transcurra el ejercicio se encontrarán en una situación de debilidad que les forzará a cerrar operaciones rápidamente para evitar la caída de muchas de estas medianas y pequeñas empresas.

Las grandes petroleras mundiales han acometido ya durante este ejercicio un plan de reducción de inversiones que forzará a medio plazo una recuperación de los precios del crudo, pero por el camino la pérdida de rentabilidad del sector azuzará los movimientos corporativos en la búsqueda de una mejora de los márgenes y permitirá aprovechar los bajos tipos de interés del mercado.

En España, las principales petroleras han protagonizado ya movimientos. Repsol, por ejemplo, avanza con rapidez en la compra de Talisman que puede cerrarse mucho antes de lo previsto. Y Cepsa es es otra de las grandes compañías que está esperando crecer en el negocio de exploración y producción con una adquisición y tiene claro en su calendario que la operación puede llegar a finales de año después de haber tropezado en su asalto a Salamander.

EEUU y el fracking

Esta situación además será especialmente notable en Estados Unidos donde los promotores de pozos de fracking asisten ya a cierres por la caída de precios y las empresas de servicios petroleros realizan grandes ajustes de empleo ante el retraso de algunas de las inversiones en los pozos menos rentables.

Con el precio del petróleo por debajo de 60 dólares la aventura de los yacimientos offshore a gran profundidad pierde rentabilidad pero también pueden retrasarse los planes de crecimiento del negocio de GNL en Estados Unidos. Esta situación podría provocar un incremento de precios en EEUU y por ende un menor volumen de gas que llegara a Europa generando una mayor volatilidad en los principales hub gasistas.

La megaoperación entre Royal Dutch Shell y BG no sólo tendrá consecuencias en el sector petrolero sino que también será llamativa en el negocio marítimo del GNL. La compañía resultante acumulará una superflota de 70 buques metaneros que darán un liderazgo amplio sobre este negocio de fuerte crecimiento en los próximos años en Europa y Asia para movilizar las grandes cantidades de gas que esperan que se produzcan gracias al desarrollo de la técnica de la fractura hidráulica.

Las petroleras aprovecharán los tiempos de crisis para hacer mudanza.