Energía
Bruselas modificará los peajes de las tarifas eléctricas para abaratar sus costes
- Propone señales horarias y geográficas en la factura para un uso más eficiente de la red
- Plantea una metodología centrada en el uso para controlar las inversiones
Rubén Esteller
La Comisión Europea ha lanzado una ambiciosa propuesta para reformar el diseño de las tarifas eléctricas en toda la Unión Europea con el objetivo de reducir los costes del sistema eléctrico, fomentar un uso más flexible de la red y acelerar la transición energética.
El documento, presentado bajo el título Guidelines on Future Proof Network Charges to Reduce Energy System Costs, forma parte del Clean Industrial Deal y del Plan de Acción para una Energía Asequible, aprobados a principios de este año.
La iniciativa se dirige a los reguladores nacionales, responsables del diseño de las metodologías tarifarias, y plantea un cambio estructural: pasar de sistemas planos y poco sensibles a las condiciones reales del sistema a un modelo tarifario más dinámico, eficiente y alineado con los principios de descarbonización.
Según datos de la Agencia de Reguladores Europeos (ACER), las tarifas de red suponen entre el 24% y el 29% del recibo eléctrico doméstico, pero esta proporción podría aumentar en los próximos años ante las necesidades de inversión para reforzar las infraestructuras eléctricas. Bruselas estima que hasta 2040 será necesario invertir 730.000 millones de euros en redes de distribución y 477.000 millones en transporte, incluyendo desarrollos marinos.
"Necesitamos no solo construir más red, sino usarla de forma más inteligente", señala la Comisión. La actual estructura tarifaria, con cargos poco diferenciados en función del momento o la ubicación del consumo, no refleja los verdaderos costes del sistema ni incentiva conductas eficientes, como desplazar la demanda a horas con alta generación renovable o evitar picos de consumo en zonas congestionadas.
La propuesta de Bruselas apuesta por tarifas basadas en señales horarias y geográficas que premien el consumo en momentos y lugares donde el sistema lo necesita. De este modo, los usuarios -desde hogares hasta industrias- tendrían incentivos económicos para adaptar su comportamiento y contribuir al equilibrio del sistema, reduciendo las inversiones adicionales.
Estas nuevas tarifas deberían estar diseñadas para aprovechar tecnologías como el almacenamiento, el autoconsumo, los vehículos eléctricos y la gestión de la demanda. Además, la Comisión pide que se integren con los contratos eléctricos dinámicos, ya disponibles en muchos Estados miembros, y con el despliegue de contadores inteligentes.La Comisión recuerda que el diseño de las tarifas de red es competencia de los reguladores independientes. Sin embargo, advierte de la necesidad de armonizar los principios comunes y reforzar la transparencia.
"Es imprescindible que los reguladores cuenten con los medios técnicos y humanos adecuados y que estén protegidos de interferencias políticas", señala el documento. De no observarse avances suficientes, la Comisión regulará esta propuesta.