Energía

La revolución silenciosa del petróleo brasileño: una inversión desbordada le lleva al olimpo de los productores

  • Sus proyectos alcanzan una rentabilidad récord
  • Los expertos les ven el el Top-5 de productores a nivel mundial
  • Pero la gran amenaza es que no consiga reemplazar la producción 'vieja'
Río de Janeiro (Dreamstime)

Álvaro Moreno, Vicente Nieves

Un miembro de la OPEP+ (de reciente cuño) puede ser uno de los factores decisivos para terminar de inclinar la balanza a favor de un superávit petrolero que someta los precios del barril. Parece que toda Latinoamérica está dando un importante impulso con países como Guayana viviendo una revolución o Argentina en el camino de convertirse en exportador neto. Sin embargo, pocos reparan en Brasil. El país más grande del continente con más de 211 millones de ciudadanos dentro de sus fronteras está viviendo una revolución del crudo mejor de lo esperado. Su ascenso ya le permitió coaligarse a la OPEP como miembro externo al estilo de Rusia, pero ya no es solo que pueda convertirse en un actor de cierto peso en el mercado, una sorpresa más, sino que los expertos creen que entrará de lleno en el olimpo de los productores y se alzará como la quinta mayor potencia del 'oro negro' del planeta.

Las estimaciones iniciales en diciembre apuntaban a que Brasil lograría una producción de 3,6 millones de barriles diarios, es decir, un crecimiento del 6%. Estamos hablando de unas cifras que le dejarían por detrás de países como Emiratos Árabes, Irán o Irak. Sin embargo, los descubrimientos se están sucediendo y hay cada vez más certezas del potencial de la nación sudamericana por lo que se cree que para 2030 superará a todos estos países y solo será superado por los auténticos titanes del sector. Arabia Saudí, EEUU y Rusia, mientras que se quedará compitiendo por el cuarto puesto con Arabia Saudí.

El optimismo ha ido creciendo a medida que Lula da Silva, presidente del país, ha ido lanzando a lo largo de este 2025 una andanada de nuevas licitaciones, muchas de ellas inesperadas. En concreto, los proyectos de upstream se han vuelto un objetivo prioritario para las empresas. Según Global Data las empresas del sector están viendo en sus últimos estudios que gracias a las nuevas regulaciones los proyectos del país han ofrecido una TIR (tasa interna de retorno) del 26%. Para entenderlo concretamente, se trata de la cuarta mayor rentabilidad que ofrece un proyecto petrolero en todo el planeta.

Es por ello que han llegado como un enjambre las petroleras más grandes del mundo y, de la mano de Petrobras (la firma estatal) han entrado a trabajar las costas de Brasil. Esto se vio en la última licitación de la semana pasada en la que se vendieron 34 bloques con una demanda récord y las firmas no fueron otras que ExxonMobil, Chevron, Shell y Equinor. También entró la Corporación Nacional de Petróleo de China. Según TS Lombard esta subasta "marca un punto de inflexión en el horizonte de Brasil" y comentan que el país carioca ha lanzado la medida prometida por Trump: "Drill Brazil Drill".

Rentabilidad vs desgaste

Según la firma, el país seguirá creciendo, dado que "se ha confirmado el deseo de Lula de atraer una cantidad récord de inversiones" y esperan que la producción se dispare en un 2034 hasta los 5,3 millones de barriles diarios. Si bien el crudo ya se ha convertido en su principal exportación, esto lo llevará a un nuevo nivel. "Brasil claramente se encamina a convertirse en el quinto mayor productor del planeta". Sin embargo, remarcan que todo depende para mantener eso de su capacidad para seguir explorando, pues muchos de los proyectos más viejos ya han alcanzado una importante maduración y si no hay hallazgos y solo se explota lo que hay ahora, esperan que esos 5,3 millones pasen a 4,4 millones en cuestión de cuatro años.

Sin embargo, creen que esta oleada de descubrimientos, que según Elisabeth Johnson, analista de la firma, empezó como una forma de detener la caída de los ingresos petroleros, puede convertirse en un verdadero boom del crudo. "La preocupación por la caída de la producción de crudo era legítima, dado que la mayor parte de la producción del país proviene actualmente de yacimientos marinos de aguas profundas ubicados en las cuencas de Campos y Santos. Se prevé que los yacimientos en estas cuencas comiencen a alcanzar su madurez durante la próxima década, cuando la producción comience a declinar".

"El éxito de la exploración en nuevas fronteras podría devolver la producción al nivel de 5 millones de barriles diarios de petróleo después de 2034"

Sin embargo, la alta rentabilidad que demuestran los proyectos actuales y la oleada de inversión que está llegando frenará el desplome de nuevos pozos descubrieron. Desde 2015 la cifra se ha hundido de forma decisiva, pasando de los 150 pozos descubiertos en 2011 a los escasos 10 en 2024. Frente a esto "se ha logrado una política de no alineamiento que ha conseguido que en un mundo de geopolítica caótica, Lula logre expandir el comercio y atraer todo tipo de inversiones", desde China a EEUU, pasando por Europa.

Otro organismo que cree que Brasil podría superar la cota de los 5 millones es la Empresa de Pesquisa Energética del país (EPE). Esta firma enfatizó en mayo que la continuación de las campañas de exploración en Brasil son esenciales para la seguridad del suministro energético.

"El éxito de la exploración en nuevas fronteras podría devolver la producción al nivel de 5 millones de barriles diarios de petróleo después de 2034", declaró la compañía, citando la cuenca de Foz do Amazonas, en el Margen Ecuatorial, como la frontera más prometedora.

Estudios volumétricos recientes, basados ??en datos geoquímicos, sísmicos y de pozos, realizados por EPE con el apoyo de consultores especializados, indican un volumen esperado sin riesgo de 80.000 millones de barriles equivalentes de petróleo (bep) y alrededor de 10.000 millones de barriles de petróleo equivalente recuperable. No obstante, todo este petróleo está por confirmar. Más tarde habrá que realizar estudios para descifrar cuál es la tasa de recuperación de todos esos miles de millones.

Una revolución cuyo futuro está en el aire

Frente a este optimismo, la Agencia Internacional de la Energía se muestra algo más cauta. Aunque cree que Brasil tiene potencial para aumentar de forma notable su producción, lo cierto es que cree que este recorrido es corto y que a partir de 2030 podría comenzar el principio del fin de este ciclo expansivo. "La producción brasileña está en vías de aumentar en 640.00 barriles entre 2024 y 2028, cuando superará los 4 millones de barriles". Se espera que los campos operados por Petrobras contribuyan con la mayor parte de las ganancias, mientras que TotalEnergies, Shell, Equinor, China National Offshore Oil Company (CNOOC) y CNPC también amplían su presencia en la prolífica industria petrolera offshore de Brasil.

La Cuenca de Santos, hogar del 70% de la actual producción de crudo del país, continuará liderando la expansión. Sin embargo, todas estas previsiones deben estar siempre bajo revisión. Un buen ejemplo fue lo sucedido en 2024, cuando todos los analistas preveían un aumento de la producción de crudo en el país y ocurrió todo lo contrario. "El año pasado, los problemas operativos y las nuevas normas laborales de un organismo regulador afectaron a 300.000 barriles diarios de producción, mientras que el plan estratégico actualizado de Petrobras retrasó en seis ocasiones el inicio de la producción de un FPSO (una suerte de buque o plataforma gigante de extracción de petróleo).

Junto a la reducción en el gasto de mantenimiento en respuesta a los menores precios del petróleo, la producción petrolera brasileña de cara a 2030 se ha reducido en 500.000 barriles en comparación con el anterior informe de la AIE, que sí preveía que el bombeo del país se acercase a los 5 millones de barriles diarios.

Esto no descarta el monumental plan de desarrollo de fábricas FPSO que está en pleno desarrollo en Brasil. Los campos Mero y Búzios desplegarán un total de 15 FPSO para 2028, incluyendo nueve que ya están en servicio. Petrobras planea poner en línea ocho FPSO entre ahora y 2030, incluyendo cinco instalaciones adicionales en Búzios. Una vez completados, los 11 FPSO de Búzios tendrán una capacidad cercana a los 2 millones de barriles diarios.