Energía

Un superávit caótico se adueña del petróleo: EEUU se planta ante el derrumbe de los precios y se resquebraja el 'muro' de la OPEP

  • La menor demanda lleva a la AIE a mejorar sus perspectivas de suministro
  • EEUU producirá menos porque muchos pozos ya no serán rentables
  • La presión fuerza a la OPEP a entrar en el mercado con fuerza
Dreamstime.

Álvaro Moreno, Julio De Manuel Écija

El petróleo se está derrumbando a pasos agigantados. El barril de referencia en Europa ya ha perdido los 65 dólares y parece seguir condenado a las caídas. Desde el 'Día de la Liberación' los precios ya han caído un 13% ante una economía mundial fuertemente enfriada por el asalto de Trump al comercio. Esta caída de los precios ha provocado un giro de 180 grados en los acontecimientos que ya está siendo reflejada en el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE): ante la demanda en retroceso y los precios en caída libre, el gran motor del mundo petrolero hasta ahora, EEUU, palidece. Mientras tanto, la OPEP, que había estado intentando drenar barriles recortando producción, se rinde ante la nueva realidad y ayuda a cubrir ese vacío en la oferta. Un cambio de papeles que termina con un resultado claro, unos superávits de crudo cada vez más evidentes que han venido para quedarse.

La AIE espera ahora una caída del consumo de crudo para este año de hasta 730.000 barriles diarios y un superávit para 2026 de 690.000 barriles. Las últimas estimaciones del organismo de la OCDE suponen un jarro de agua fría para las pretensiones tanto de Estados Unidos como de Arabia Saudí y Rusia de potenciar un sector cuya demanda no está respondiendo con fuerza.

La AIE contempla que tanto la guerra comercial como la creciente implantación del vehículo eléctrico, particularmente en China, principal consumidor de crudo del planeta, hundirán la demanda en los dos próximos años. A esta caída de la demanda se le añade una oferta descontrolada: varios países miembros de la OPEP+ se han rebelado de las directrices del cártel del crudo y están inundando el mercado de oro negro.

Aunque la caída de la sobreoferta por parte de Estados Unidos y Venezuela parcialmente compensan este aumento, el resultado está siendo un petróleo más barato de lo esperado. Para este año, la AIE estima un bombeo medio de 83,2 millones de barriles diarios, que aumentarán ligeramente el año que viene hasta los 83,6 millones de barriles diarios.

Aun así, la AIE advierte que el incremento de la incertidumbre debido a los continuos cambios de la Casa Blanca podría trastocar estas previsiones en el corto plazo. Solo en marzo, la producción se incrementó en 910.000 barriles en términos interanuales hasta alcanzar los 103,6 millones de barriles. Los países externos a la OPEP, como Brasil, Guyana o Estados Unidos, son los principales responsables de este incremento, que se añade al verso libre que supone miembros del cártel como Emiratos Árabes Unidos, Irak y Kazajistán.

El gran pulmón del petróleo se tambalea

Tal y como adelantaba la AIE la situación se verá aliviada porque el gran valedor del petróleo, EEUU, crecerá menos de lo que se esperaba. Concretamente explican que "el crecimiento de la oferta mundial de 2025 se reducirá en 260.000 barriles diarios hasta los 1,2 millones debido a que habrá una disminución de la producción de Estados Unidos y Venezuela". Respecto a la segunda el motivo es claro, EEUU le ha quitado las licencias a las empresas que operaban ahí, en particular a Chevron, responsable del 80% del crecimiento en el último año de la nación caribeña, que les permitió lograr 1 millón de barriles diarios producidos desde el suelo pospandemia de los 250.000.

Volviendo a EEUU, hay un motivo fundamental para este cambio de paradigma. "La importante caída de los precios del petróleo sacudió el sector del petróleo de esquisto estadounidense, donde las empresas argumentan que necesitan un promedio de 65 dólares por barril para perforar de forma rentable nuevos pozos de petróleo ligero de esquisto". Cabe recalcar que ese umbral de rentabilidad que estiman tanto la agencia como el último estudio de la Reserva Federal de Dallas (en el que se basa la AIE) ya se ha roto y, salvo repunte, muchas empresas del principal pulmón petrolero del mundo (la Cuenca Pérmica) dejarán de bombear.

Sin embargo, más allá de la pura lógica de los precios, la rentabilidad de las empresas se verá sacudida por otros motivos. "Los nuevos aranceles también podrían encarecer la compra de acero y equipos, lo que desincentivaría aún más la perforación. Sumado al impacto de los aranceles chinos sobre las importaciones de etano y GLP estadounidenses". Esto ha resultado en una revisión a la baja de 150.000 barriles diarios en su previsión de suministro de petróleo estadounidense para 2025.

Esto no es algo a futuro, la industria ya está anunciando que muchos pozos detendrán sus operaciones. Bryan Sheffiel, hijo de uno de los grandes ganadores del esquisto y fundador de Pioneer Natural Resources, Scott Sheffield, ha hablado abiertamente del tema. En una entrevista con Bloomberg el propietario de Formentera Partners (una petrolera de menor tamaño) reconoció que ya plena retrasar la producción y no expandir sus pozos hasta que el mercado se estabilice. "La industria necesita recortar de inmediato su producción y agacharse para dejar que la guerra arancelaria se desarrolle".

Ya se está notando en los últimos registros. No en vano, desde Baker Hughes muestran que solo en la semana pasada se produjo el mayor cierre de plataformas petroleras en los últimos dos años con nueve menos de golpe y dejando un total de 480. El motivo que dan desde la firma son los bajos precios que "impiden rentabilidad las operaciones de los mismos".

En cualquier caso, no se han visto afectados los proyectos fuera de EEUU que estaban dando soporte a ese despertar petrolero fuera de la OPEP como Brasil, Canadá o Guyana. De hecho esperan que este mismo año aumente la producción de los países fuera del cártel en 1,3 millones de barriles diarios. Por su parte espera que nuevos proyectos offshore entren en escena en Estados Unidos, haciendo que vuelva a crecer claramente a partir de 2026.

La OPEP entra en juego

Por su parte, la OPEP entra en escena con todo en el puzzle de los mercados. La propia AIE da buena cuenta de que la alianza se ha resquebrajado hasta el punto de derivar en giro radical. "La espiral descendente de los precios del petróleo también se vio impulsada por la sorpresiva decisión de ocho miembros de la OPEP+, que habían adoptado recortes voluntarios desde noviembre de 2023, de triplicar sus objetivos de producción programados para mayo, hasta alcanzar los 411.000 barriles diarios".

La OPEP empezó a recortar su producción en 2022 para mantener alto el precio del barril ante el empuje de otros actores que estaban hundiendo los precios. Se acordó un recorte oficioso de 2 millones de barriles dentro del cártel y unos adicionales y voluntarios de 3,85 millones. En total estamos hablando del 5% de la producción global que ha desapareció totalmente. Solo entre Arabia Saudí y Rusia pusieron encima de la mesa 1,5 millones menos de barriles para compensar los precios mundiales. La idea era ir aligerando esos recortes con el tiempo pero la fortaleza del suministro no remitía. Tras numerosos retrasos el desplome del barril ha sido el último episodio que ha roto su resistencia y provocado que tripliquen esos objetivos de flexibilización, aceptando la cotización y buscando producir más aunque dañasen los precios.

La agencia advierte de que esto puede quedarse corto en comparación con los datos reales y que "el aumento real de la oferta de esta grupo sea mucho mayor". El motivo es claro, los 'gorrones' de la OPEP que han disparado su tasa de incumplimiento hasta ahora. El informe señala a Kazajistán, los Emiratos Árabes Unidos e Irak, que "ya están produciendo muy por encima de sus objetivos". Sin embargo el protagonista absoluto sería el primero que estaría incumplimiento en 390.000 barriles diarios su objetivo gracias al proyecto de Chevron en Tengriz que habría disparado la producción a 1,8 millones de barriles diarios y el país asiático se habría negado a ponerle un techo a este gran éxito petrolero.