Energía

Japón reactiva la central en el 'epicentro' de Fukushima: de la desconexión total al despertar nuclear

  • Ya son 14 los reactores rehabilitados desde el desastre
  • El país quiere que el 20% de su mix energético proceda de la fuente atómica

Álvaro Moreno

Japón ha sido un país castigado por el lado oscuro de la energía nuclear. En el año 2011 el país del sol naciente vivió un terremoto (y posterior tsunami) que precedió a uno de los mayores accidentes de la historia. Una evacuación de 154.000 residentes, agua contaminada vertida en el Océano Pacífico y, según la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial, un desastre con el mismo nivel de alerta que alcanzó Chernóbil. Un año después, cuando Japón hacía oficial lo que era un secreto a voces, el país emprendería un apagón nuclear completo que culminaría en 2030, con 0% de producción de este tipo de energía. Ahora, ya en el último lustro antes de esta marca, Japón no sólo no ha abandonado la nuclear, sino que la ha puesto en el centro de su estrategia a futuro.

En 2024 el país nipón ha realizado un paso totalmente simbólico, que muestra a las claras la realidad de un proceso innegable. No solo ha restaurado dos de los reactores inhabilitados tras los eventos de Fukushima, sino que ha vuelto a poner en marcha el Onogawa-2 el más cercano al epicentro del terremoto y uno de los que despertó más polémica por el formato de reactor (de agua a presión). Ya son 14 centrales que vuelven a estar operativas. Sin embargo, la segunda ronda de 'reinauguraciones' responde a unas autoridades que han dejado atrás su rechazo nuclear y que quieren volver al sueño pre-fukushima.

Japón cuenta actualmente con 33 reactores nucleares operativos y dos nuevos en construcción. Eso sí, de momento solo usa activamente doce de ellos. El país todavía tiene un gran techo para seguir ampliando su producción nuclear sin nueva infraestructura, dado que todavía hay plantas que están paradas siendo revisadas desde 2011, mientras que otras rehabilitadas no se están utilizando por el momento. Antes del desastre, se lograba producir un 20% de su energía a través de esta vía, y creían que podría llevar esas cotas al 40%, para ser prácticamente libre energéticamente y menos dependiente de las exportaciones. Han pasado 14 años, pero ahora Japón está determinado a recuperar (parcialmente) ese objetivo que quedó sepultado por el terror que causó el accidente de Fukushima.

La Administración de Información Energética (EIA) de EEUU comenta que "de 2013 a 2015 Japón suspendió su parque nuclear para realizar controles de seguridad y actualizaciones obligatorias". Esta situación precedió a una rápida reapertura de 9 centrales, que estaban más al oeste del país, lejos del accidente y que eran "centrales de agua en ebullición. Este último modelo era considerado más seguro que los reactores agua a presión (PWR, por sus siglas en inglés)" que, según la EIA "despertaba grandes preocupaciones de seguridad pública". Estas últimas aperturas este año son modelos PWR.

Una nueva era nuclear

Esta segunda ronda de centrales viene de un marco diferente. Pues hasta ahora, este parón otorgaba un contexto perfecto para reducir la producción nuclear, pero tanto Tokio, como los gobiernos locales, como la opinión pública han decidido ir por un camino muy diferente. Japón pretende ahora que la energía nuclear vuelva a ocupar el mismo espacio en el mix energético previo al accidente y para ello ha apostado por dos vías. En primer lugar, rehabilitar toda su infraestructura para alargar la vida operativa de la misma, disparando la producción, al tener en cuenta que una parte de la misma sigue cerrada desde el accidente. En segunda instancia, ya hay tres reactores totalmente nuevos que están siendo construidos.

Desde la EIA explican que Japón se ha dado cuenta de que "la suspensión de la flota nuclear de Japón tras el accidente de Fukushima aumentó significativamente la dependencia de las importaciones de gas natural, petróleo y carbón para compensar la pérdida de generación nuclear nacional. También aumentó significativamente la capacidad instalada de generación solar fotovoltaica en el país, según datos del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón. Japón tiene recursos nacionales limitados de combustibles fósiles e importa prácticamente todos los combustibles fósiles que utiliza. En consecuencia, Japón es el segundo mayor importador mundial de gas natural licuado (GNL) después de China y el tercer mayor importador de carbón".

Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía, la nuclear apenas representa un 5,8% de la energía de Japón, mientras que el carbón supone el 26%, el petróleo el 37,7% y el gas natural el 21%. La institución lamenta que con estos niveles es prácticamente imposible conseguir el objetivo cero emisiones para 2050. "Tendría que aumentar sustancialmente la implantación de fuentes de energía de bajo consumo de carbono", insiste la agencia.

Es por ello que el Gobierno anunció un borrador este 17 de diciembre para cambiar su modelo energético hacia uno basado en las renovables como principal fuente de energía mientras que el gas natural y la nuclear actúen como los dos pilares que apoyen el abastecimiento en las épocas de baja producción verde. Concretamente, el borrador hablaba de entre un 40%-50% de producción renovable sobre el total, mientras que la nuclear representa el 20%.

Putin lo ha cambiado todo

Desde Edelman comentan que "la creciente necesidad de garantizar la seguridad económica causada por la agresión rusa contra Ucrania y la situación en Oriente Medio, así como el aumento previsto de la demanda de electricidad (por la revolución IA, fábricas de semiconductores y los centros de datos) han llevado al gobierno a centrarse en lograr una combinación de generación de energía equilibrada que permita un suministro estable que sea compatible con la descarbonización".

La firma en cualquier caso señala un importante cambio en el plan estratégico. Hasta ahora los tres planes emitidos desde el accidente siempre introducían la frase "Japón reducirá la dependencia nuclear tanto como sea posible". Sin embargo el nuevo escrito ha borrado por completo la promesa promesa para cambiarla por lo siguiente. "Japón maximizará el uso tanto de energía renovable como de energía nuclear". Según los cálculos de Edelman solo es posible lograr ese 20% con el 100% de las fábricas japonesas en funcionamiento. "Algo realmente ambicioso teniendo en cuenta que solo usa 12 plantas de momento".

Una realidad que quieren cambiar para hacer más sostenible un país que apenas tiene recursos energéticos. En ese sentido, la población ha pasado a apoyar mayoritariamente la 're-nuclearización'. Hidehito Mimaki (Director de Sistemas de Energía Nuclear en Mitsubishi, la revista de investigación económica y empresarial de Mitsubishi, comentaba que "Los responsables de las políticas y los involucrados en la industria nuclear creen desde hace tiempo que su capacidad para generar energía de base que sea confiable y limpia significa que será un elemento esencial para que Japón alcance sus objetivos". Cabe destacar que Mitsubishi es la principal firma de tecnología nuclear del país.

"A pesar de que con Fukushima se revisó la estrategia energética de Japón, los últimos años se ha confirmado"

En ese sentido, el analista explica que se ha dado en un "cambio de pensamiento en el público" haciendo referencia a una encuesta de Nikkei que apunta a que ahora el 70% de los japoneses apoyan la apuesta nuclear. "La creciente conciencia de que la energía nuclear puede ayudar a reducir las emisiones de CO2 sin duda ayuda, al igual que las crecientes preocupaciones sobre la seguridad energética. El aumento de los precios de la electricidad debido al conflicto de Ucrania ha afectado a la conciencia pública de una manera similar a las crisis del petróleo de la década de 1970". Los precios de la factura de la luz y el gas se han convertido en una auténtica montaña rusa y uno de los lastres más presentes en su economía desde la guerra de Ucrania. Desde S&P Global señalaban que en diciembre, ante la caída de las temperaturas el precio se disparó un 20%.

Desde la World Nuclear Association comentan en su último informe que "a pesar de que con Fukushima se revisó la estrategia energética de Japón, los últimos años se ha confirmado". Hasta 2011, Japón generaba alrededor del 30% de su electricidad a partir de sus reactores y se esperaba que esa cifra aumentará al menos al 40% en 2017. El plan actual es alcanzar al menos el 20% en 2030, a partir de una flota reducida.

En ese sentido, Mimaki explica que la clave está en la reactivación de estas plantas que parecían olvidadas y que vuelven a la primera línea. "Actualmente, estamos trabajando para reactivar los reactores inactivos en todo el país" explica el alto cargo. En ese sentido, " junto con el mantenimiento operativo que estamos realizando al mismo tiempo, nuestro objetivo es extender la vida útil del parque nuclear existente de aproximadamente 40 a más de 60 años".