Energía

Aránzazu Martín (Veolia): "El enfoque integral de Veolia es clave para ayudar a conseguir los objetivos establecidos por el PNIEC"

  • "Es tiempo de actuar; se están desplegando recursos, pero hay que acelerar los procesos"
  •  "La colaboración público-privada permite alcanzar los objetivos de descarbonización de forma mucho más rápida"
  • "Hay que evitar que los inversores se planteen si España ofrece la seguridad jurídica que requieren sus proyectos"
Aránzazu Martín, directora de Desarrollo de Nuevos Mercados en Veolia España. Ana Isabel Morales

Inés Oria

Su compromiso con la innovación y la sostenibilidad hacen de Veolia uno de los principales catalizadores de la transformación ecológica a nivel global y un actor clave en el proceso de descarbonización. Aránzazu Martín, directora de Desarrollo de Nuevos Mercados en Veolia España, explica en elEconomista.es cómo las soluciones del grupo ayudan a optimizar la gestión del agua, energía y residuos.

Determinados sectores señalan que el nuevo PNIEC es imposible de cumplir. ¿Son los objetivos viables a día de hoy?

Efectivamente, los objetivos del PNIEC son ambiciosos y presentan desafíos significativos. Algunos sectores los consideran inalcanzables y otros argumentan que son necesarios y factibles dado el imperativo climático y los avances tecnológicos que tenemos hoy en día. Pero más allá de las aspiraciones, hay que tener en cuenta que esta estrategia climática prevé movilizar una inversión de 3.000 millones euros hasta 2030 de los cuales, a priori, un 82% serán fondos privados y un 18% públicos -el 13% a través de fondos europeos-.

Creo que lo principal es intentar acelerar los recursos tal y como señala la Agencia Internacional de la Energía, que recomienda triplicar la inversión anual en energía limpia para 2030.

Por eso, es importante que todos los sectores de la sociedad seamos flexibles y hagamos un esfuerzo coordinado y sostenido que permita adaptar todas las estrategias planteadas. Será clave mantener un equilibrio entre la ambición necesaria para abordar la crisis climática y la implementación práctica y realista de las medidas propuestas.

¿Cuáles son los principales obstáculos para alcanzar las metas marcadas?

Es tiempo de actuar; se están desplegando recursos, pero hay que acelerar los procesos. Si queremos cumplir los compromisos es fundamental que la tramitación de los expedientes sea más ágil. Por ejemplo, en fotovoltaica y eólica las declaraciones de impacto ambiental son largas y es necesario garantizar que el proyecto va a poder seguir avanzando sin problema.

Por otro lado, el estrechamiento de los márgenes, la evolución de los precios de la energía y la insuficiente inversión en redes eléctricas también influye en el incentivo a la hora de iniciar nuevos proyectos.

Hay que evitar que los inversores se planteen si España ofrece la seguridad jurídica que requieren sus proyectos; en definitiva, ser capaces de demostrar que somos atractivos como país. Todos estos retos representan unos desafíos significativos y superarlos requerirá una combinación integral y coordinada de innovación tecnológica y reformas políticas y regulatorias.

¿Qué medidas sería necesario desarrollar a nivel regulatorio?

Para garantizar una implementación efectiva y coherente es crucial asegurar la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y administraciones. Estas medidas deben implantarse de manera gradual, adaptándolas al contexto local y teniendo en cuenta los impactos económicos y sociales.

En este sentido, sería conveniente diseñar un marco legislativo integral, crear sistemas de incentivos fiscales, fomentar la economía circular y la contratación pública verde, incorporar criterios ambientales en las licitaciones públicas o priorizar proveedores y soluciones sostenibles en proyectos gubernamentales.

Algunos de los objetivos pueden resultar en principio difíciles de alcanzar. ¿Es realista alcanzar los 76 GW de fotovoltaica en menos de siete años?

Es verdad que la generación eléctrica de renovables en el nuevo PNIEC se dibuja como un pilar fundamental y estas tecnologías van a representar un 81% del mix eléctrico para 2030 frente al 74% que reflejaba el anterior planteamiento. También se espera que avancen otras fuentes de energía, como la biomasa, en áreas o sectores industriales difíciles de electrificar.

Alcanzar estos 76 GW es ambicioso porque todo el plan en sí lo es, pero no es imposible siempre y cuando, como he dicho anteriormente, se impulse de forma significativa la inversión y se agilicen los procesos regulatorios.

Quizá deberíamos verlo como una oportunidad para reindustrializar la economía española y llevar a cabo esa transición energética que bien implementada debería ser un elemento que acelere y ayude a las empresas a ser más competitivas. Alcanzar las cifras que se han propuesto dependerá de hacia dónde basculemos y de la velocidad de crucero que consigamos alcanzar.

Veolia apuesta desde hace años por la biomasa. ¿Cree que son insuficientes las medidas que propone el Plan Nacional de Energía y Clima para fomentar la expansión de esta energía?

Veolia utiliza biomasa como fuente de energía limpia reemplazando combustibles fósiles tradicionales y contribuyendo a la reducción de emisiones de carbono. Nuestro valor diferencial como compañía es integrar verticalmente todo el proceso desde el bosque hasta la instalación. Ahora mismo nuestra capacidad de suministro es de más de 250.000 toneladas de biomasa anuales y gestionamos más de 350 instalaciones abordando toda la cadena de valor.

No obstante, hay que tener en cuenta que a veces la biomasa no se puede utilizar para descarbonizar todos los sistemas que nos gustaría porque sirve sobre todo para obtener energía térmica. En este sentido, Veolia hace una apuesta enorme por la economía circular e intenta aplicarla de forma eficiente en todos aquellos territorios donde tiene la fuente de biomasa cercana.

Por ejemplo, en la Sierra de la Culebra (Zamora) Veolia se ha encargado de gestionar la masa forestal de la zona dañada por el violento incendio que se produjo en 2022 y transformarla en biomasa que, a su vez, se utiliza en las redes de calor para ciudades o calderas industriales.

¿Qué otros proyectos destacados está llevando a cabo la compañía en este ámbito?

Actualmente estamos inmersos en el desarrollo del proyecto Ecoenergies Barcelona, una red de calor y frío sostenible. La primera fase de esta iniciativa, que se inició en 2009, fue la red de calor donde se aprovecha la biomasa generada de las podas de los parques y jardines de Barcelona para producir calefacción y agua caliente sanitaria para diferentes clientes.

Ahora vamos a incorporar a la red el frío sostenible, un proyecto pionero a nivel mundial que recupera el frío residual que se genera durante el proceso de regasificación del gas natural licuado que realizan los barcos en la terminal de Enagás situada en el Puerto de la ciudad. Toda esta energía, que anteriormente se perdía en el mar, se traslada hasta la central de Zona Franca donde se distribuye entre nuestros clientes.

Se trata, por tanto, de la primera red del país que introduce un frío residual de regasificación como fuente energética para facilitar frío a nivel industrial y aportar climatización a los edificios conectados mediante una red de tubos que suministra energía térmica a clientes industriales, pero también residenciales y del sector terciario. Esto les permite tener calefacción, climatización y agua caliente sanitaria de forma respetuosa con el medio ambiente.

El nuevo Plan también ha endurecido los objetivos en materia de calidad del aire y eficiencia energética. ¿Qué soluciones ofrece Veolia para contribuir en este ámbito?

La descarbonización es un proceso que cobra cada día más importancia. Cuando hablamos de afrontar estos retos medioambientales, el enfoque integral que tiene Veolia al combinar tecnología, experiencia operativa y modelos de negocio innovadores es clave para ayudar a las ciudades, industrias y organizaciones a conseguir los objetivos establecidos por el PNIEC.

Para obtener resultados de eficiencia energética es indispensable poder medir y que los datos estén digitalizados. Para conseguirlo ofrecemos a nuestros clientes nuestra herramienta Hubgrade, un centro de soluciones inteligente que permite monitorizar, evaluar y optimizar remotamente las actividades de Veolia en cuanto a calidad del aire y eficiencia energética.

Es una solución técnica de vanguardia que garantiza el rendimiento de las instalaciones y que en España cuenta ya con una red de cinco centros pioneros especializados en energía que dan servicio a 2.500 instalaciones.

La tendencia de crecimiento en renovables va a generar gran cantidad de residuos (paneles solares, palas eólicas…) ¿Se plantea la compañía entrar en este negocio?

Para Veolia, como empresa especializada en la gestión de recursos y servicios medioambientales, entrar en el negocio de la gestión de estos residuos podría ser una oportunidad particularmente atractiva. En algunas geografías, de hecho, ya se ha comenzado a trabajar en este ámbito.

La compañía tiene una amplia experiencia en la gestión de diferentes tipos de residuos -incluyendo residuos peligrosos- que le aporta una base sólida y también dispone de la infraestructura necesaria, el conocimiento técnico, la innovación y la presencia global. Por tanto, parece una extensión natural de sus actividades actuales y, además, se alinea bien con su estrategia empresarial. Eso sí, habría que evaluar cuidadosamente los aspectos financieros, técnicos y regulatorios específicos de este nuevo mercado en cada territorio antes de tomar una decisión.

Veolia opera dos de las 11 plantas de valorización energética que hay en España. ¿Será posible cumplir los objetivos de límite de vertido que marca la Unión Europea sin contar con la valorización energética?

Teóricamente sí, pero sería extremadamente desafiante en el corto y medio plazo. La valorización va a desempeñar un papel muy importante en la estrategia integral de la gestión de residuos porque hay determinados residuos que no son reciclables y, si hay que reducir el vertido, no queda otra opción.

El reto será encontrar un equilibrio adecuado entre todas las opciones de gestión de residuos y adaptarlas a las características específicas de cada territorio mientras se continúa fomentando el desarrollo de esa economía circular que reduzca la generación de residuos en origen.

¿Cuáles son los principales retos de España en materia climática y medioambiental?

Para una empresa como Veolia, capaz de ofrecer soluciones integrales y sostenibles, España tiene muchos retos, pero también ofrece oportunidades de negocio especialmente en gestión del agua, tratamiento de residuos, eficiencia energética y los servicios ambientales innovadores.

Somos una empresa internacional y global que actúa de forma local tratando de acompañar a nuestros clientes hacia la neutralidad en carbono a través de proyectos a medida, soluciones personalizadas y unos objetivos claros que suponen un ahorro económico, así como un ahorro del consumo energético y las emisiones de CO2. Para ello hemos creado GreenPath, nuestra oferta de descarbonización que consiste en un conjunto de soluciones técnicas innovadoras e inteligentes para potenciar e impulsar los planes de descarbonización de nuestros clientes.

¿Qué importancia tienen las alianzas público-privadas para poder alcanzar los objetivos de descarbonización?

Son fundamentales porque aúnan las fortalezas de ambos sectores (la innovación y el proyecto práctico) permitiendo alcanzar estos objetivos y abordar determinados desafíos complejos de forma mucho más rápida. Estas colaboraciones permiten incentivar la capacidad para catalizar y acelerar la transición hacia una economía baja en carbono de manera más eficiente y efectiva que si cada sector actuase por separado.