Empresas y finanzas
El balón de oxigeno del BCE que permitiría respirar a la banca pero sin lograr el 'alta médica'
- "El BCE podría recurrir al sistema de tramos", según Axa
- Parte del dinero que la banca aparca en el BCE no estaría penalizada
- Esta sería una solución parcial pero que aliviaría al sector bancario
Vicente Nieves, Carlos Jaramillo
La rentabilidad de la banca en la Eurozona se ha desplomado en los últimos doce años. Los bajos tipos de interés (incluso negativos) han diezmado el margen de intermediación financiera, lastrando el beneficio de la banca y poniendo en duda el crecimiento del crédito. Además, en el caso de la Eurozona los bancos pagan una 'penalización' del 0,4% por el dinero (reservas) que dejan aparcado en el Banco Central Europeo (BCE). Esta penalización es lo que técnicamente se conoce como el tipo sobre facilidad de depósito, uno de los tipos clave que maneja el BCE y que con una modificación de su funcionamiento podría aliviar al castigado sector bancario. La institución podría echar una mano a la banca estableciendo un mecanismo por el que una parte de las reservas no estuvieran penalizadas.
Debacle de la rentabilidad
La crisis económica y los bajos tipos de interés han arrasado con la rentabilidad de un sector en el que ya nadie espera que se vuelvan a lograr rentabilidades similares a las alcanzadas en los años previos a la crisis. Entre 2001 y 2008 los bancos europeos lograron de manera constante situar su rentabilidad sobre el capital (ROE) por encima del 10%, con el pico alcanzado en el 15,3% en 2007.
En 2016 fue cuando el ROE de la banca tocó suelo, quedándose en el 3,8%. Desde ahí ha logrado repuntar al 7,3% en el que cerró el año 2018, aún muy lejos del objetivo general de alcanzar el doble dígito, una cifra que parece muy lejana también para los próximos años toda vez que la subida de tipos no deja de alejarse.
Y es que tanto el BCE como el mercado no dejan de retrasar la expectativa de una subida de tipos, lo que perjudica el negocio tradicional de un sector que ha ido exprimiendo otras vetas de negocio pero que necesita un repunte en los tipos para poder alcanzar rendimientos de doble dígito.
El negocio bancario se basa en tomar prestado a corto plazo –a rentabilidades más bajas–, prestar a largo plazo –con intereses más altos– y sacar partido de la diferencia. Con una curva que no acaba de empinarse los márgenes se ven presionados y el crédito tampoco crece para compensar esta caída de la rentabilidad. "Desde el inicio de 2015, el interés de los préstamos de la banca ha caído en 88 puntos básicos y la rebaja de los costes de los depósitos ha sido de 55 puntos básicos. La mejora de los costes de los depósitos es más lenta que el recorte en el interés del crédito, por lo que el descenso de los márgenes se está acelerando", explican en Bank of America. Para el equipo de análisis de UBS la caída en las expectativas para la industria se ha producido "tanto por unos márgenes más bajos como una expectativa del crecimiento del crédito menor".
Con este escenario los analistas estiman que el sector logrará este año alcanzar un ROE del 7,5% y que en 2020 se acerque al 8%. Sin embargo, muchas voces advierten de que en las estimaciones del año que viene sí que se incluye cierto repunte en el precio del dinero, por lo que la nueva 'decepción' del BCE podría provocar otro tijeretazo en las previsiones.
El exceso de reservas bancarias están penalizadas en la Eurozona con una tasa del -0,4%
El BCE podría echar una mano a la banca estableciendo un mecanismo por el que una parte de las reservas no estuvieran penalizadas. Draghi se negó a contestar a las preguntas sobre la implementación de este mecanismo en la rueda de prensa del jueves pasado, aunque declaró que necesitaban "examinar esta cuestión con mayor profundidad", lo que deja abierta la puerta a que se produzcan cambios en la forma en que se remuneran/penalizan el exceso de reservas.
Las reservas son el activo más líquido que los bancos mantienen en el banco central de su jurisdicción para hacer frente a las salidas de depósitos y otros movimientos. Las entidades de crédito tienen la obligación de mantener un determinado nivel de reservas obligatorio por seguridad, un porcentaje de determinados pasivos. En la Eurozona este nivel es de 127.900 millones de euros, que está remunerado al 0% (tipo principal de refinanciación).
El problema es que los bancos acumulan 1,2 billones de reservas que superan el nivel obligatorio (exceso de reservas) y que son las que están penalizadas con el -0,4% (tipo sobre facilidad de depósito). Este tipo negativo o penalización tiene como objetivo que los bancos reduzcan sus reservas en favor de la concesión de crédito a la economía real a un tipo de interés bajo.
Sin embargo, los bancos argumentan que este tipo negativo está lastrando sus resultados, lo que a su a vez afecta a su capacidad para conceder crédito. Ante ese bucle, algunos expertos creen que el BCE podría tomar ejemplo de otros bancos centrales y establecer tramos diferentes de remuneración para las reservas que superen el nivel obligatorio. Este mecanismo podría suponer un alivio para los bancos.
La semana pasada, los bancos se desplomaron en bolsa después de que el Banco Central Europeo retrasase de forma oficial la primera subida de tipos hasta finales de 2019, mientras que el mercado ya la pospone hasta 2020.
Apolline Menut y Alessandro Tentori, economistas de Axa Investment Managers, explican que la prolongación de los tipos negativos impondría mayor presión sobre la rentabilidad de los bancos. "Otros tres años de tipos negativos podría reducir el apetito por el crédito de la banca, un fenómeno explicado por el economista Markus Brunnermeier y conocido como 'La Reversión de los Tipos de Interés'".
Brunnermeier, profesor de Economía en la Universidad de Princeton, explica que esta reversión se produce cuando una política monetaria expansiva (bajos tipos y masiva compra de activos) termina desembocando en una contracción del crédito (o un aumento de su coste) ante la incapacidad de la banca de traspasar a los depósitos de sus clientes los bajos tipos de interés. Esta situación se agrava a medida que la política expansiva se extiende en el tiempo y el alza de precios de los activos pierde fuelle.
"Conscientes de esto, el BCE podría recurrir a un sistema de tramos como el del Banco de Japón, el Banco Nacional Suizo o el Riksbank sueco que han introducido un límite a al exceso de reservas bancarias que están tasadas con un tipo negativo", comentan los expertos de Axa Investment Managers.
Así funciona en Japón
Cuatro economistas del Banco Asiático de Desarrollo explicaban en un trabajo que este sistema implementado por primera vez por el Banco de Japón consta de tres tramos: el primero remunera las reservas hasta un cierto nivel al 0,1%, el segundo ni remunera ni penaliza (0%) y el tercer tienen una penalización del -0,1%. Estos economistas destacan que "el tipo negativo ha sido suficiente para reducir el rendimiento de la curva mientras que la penalización sobre el sistema bancario ha sido mínimo".
Los analistas de Axa Investment Managers creen que esta medida sería una solución parcial "porque no abordaría el corazón del problema que es la diferencia entre el tipo negativo de la facilidad de depósito y los tipos que los bancos aplican a los depósitos de sus clientes". Se minoraría el coste para los bancos pero el problema de fondo se mantendría.
Por otro lado, esta medida sería muy beneficiosa para los bancos alemanes, holandeses y franceses, que son los que tienen una mayor porción del exceso de reservas. Mientras que los bancos periféricos, muy beneficiados por las célebres TLTROs, no verían grandes cambios con la introducción de estos tramos en la tasa sobre la facilidad de depósito.
El BCE también podría echar una mano a la banca incrementando legalmente el mínimo de reservas obligatorias o requeridas, lo que dejaría una mayor porción de esos fondos al tipo principal de refinanciación, que ahora está en el 0%. No obstante, todas estas medidas serían ayudas más que soluciones, "no existe medicina que inmunice a los bancos frente a otros tres años de facilidad de depósito con tipo negativo".