Empresas y finanzas
Anticorrupción acusa a Fridman, el inversor ruso de Dia, de liderar una red criminal
- Considera que hay "elementos incriminatorios" en su forma de actuar
- La Fiscalía atiende una petición de EEUU y lo deja en sus manos
Javier Romera, Laura de la Quintana
La Fiscalía Anticorrupción considera que Mikhail Fridman, el magnate ruso propietario del 29% de Dia que ha lanzado una opa sobre la compañía, lidera una red especializada en provocar la quiebra de empresas para quedárselas después a precio de saldo.
En un documento, al que ha tenido acceso elEconomista, el fiscal anticorrupción José Gruinda concluye que "se evidencian elementos incriminatorios no solo a los delitos de amenazas y vulneración de la intimidad, sino también con relación a un delito de insolvencia punible cometido por una organización criminal, cuya cúspide es Mikhail Fridman". Todo a raíz de una investigación abierta tras la quiebra de Zed, una multinacional española de servicios digitales en la que, al igual que ocurre ahora con Dia, también desembarcó el magnate ruso.
Fuentes próximas a la investigación confirman, no obstante, que tras una reunión en Madrid entre Gruinda, la Policía Nacional y responsables de la Fiscalía de Fraudes de Estados Unidos, con el fiscal Ephraim Wernick al frente, España ha accedido a facilitar toda la documentación e información recabada hasta ahora a las autoridades norteamericanas.
El objetivo es que sea el Departamento de Justicia de Estados Unidos el que asuma la instrucción de la causa, dado que se trata de un proceso mucho mayor. El FBI lleva ya varios años investigando a Fridman y su conglomerado empresarial por posibles delitos de blanqueo de capitales, pago de sobornos y constitución de una organización criminal. En la documentación de la Fiscalía español se asegura que "en aplicación del artículo 18.4 de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, de 2000, se transmite dicha información a la autoridad de los Estados Unidos".
Diligencias
Las diligencias llevadas a cabo por la Fiscalía parten de informes realizados por la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UCDEV) y la Brigada de Investigación del Blanqueo de Capitales y Anticorrupción, adscrita a su vez la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UCDEF) de la Policía. En los análisis que han aportado, se concluye que LetterOne, el brazo inversor de Fridman, habría cometido una práctica delictiva conocida en el entorno criminal ruso como reiderstvo, es decir, un "asalto, ataque o absorción ilegal de empresas", a las que previamente habría conseguido hundir o incluso llevar a la quiebra. En los informes policiales se asegura que "la finalidad última de este método criminal no sería únicamente apoderarse de forma ilícita de una parte de las ganancias de la compañía objetivo, si no que pretende el control sobre la totalidad de esa compañía".
Para ello, según explican los responsables de la investigación, "los criminales utilizarían tácticas convencionales como el fraude, obstrucción a la justicia, coacciones y amenazas en conjunción con resoluciones judiciales y/o corporativas, control de las decisiones de consejos y juntas de dirección, restricción de flujos de liquidez, congelación de operaciones y otros medios supuestamente legales como tapadera de la actividad delictiva". Son conductas, aparentemente lícitas, pero que, según los responsables de la investigación, generan grandes dificultades para su análisis ya que se trata de "una nueva y sofisticada forma de crimen organizado que se escapa de los métodos de extorsión sencillos".
El informe elaborado por la Policía relata cómo Zed, firma fundada por Javier Pérez Dolset, entró a formar parte del entramado de empresas de Fridman, como se destaparon después irregularidades en sus filiales y el momento clave en el que lanzó la opa sobre la compañía, que también, al igual que puede llegar a suceder con Dia, se encontraba en una situación de insolvencia. "Es irrisorio el precio por el que el entramado criminal pretende llevarse toda la estructura rusa -la oferta iba dirigida a las empresas del grupo Zed+ del Este de Europa- y más teniendo en cuenta la problemática que sufre (...) no es que el negocio no funcione, si no que el bloqueo total es el que ha propiciado la ausencia de liquidez".
La situación financiera de Zed es similar a la que protagoniza Dia en la actualidad. La compañía cuenta con fondos propios negativos de 98 millones, por lo que ha comprometido con la banca una hoja de ruta en la que se incluye una ampliación de capital de 600 millones con el objetivo de restituir el patrimonio. En caso de que su ampliación no sea respaldada por la junta de accionistas, la banca podrá exigir desde ese mismo día el concurso de acreedores, que será previo a la aprobación de la opa lanzada por LetterOne, aún pendiente de aprobación por la CNMV.
El supervisor ha declarado que, hasta la fecha, no se han identificado irregularidades en el proceso de toma de participaciones por parte de Fridman desde que entró en el capital en julio de 2017. Por aquel entonces, el valor de Dia en bolsa era de 3.730 millones. Hoy cotiza en 361, un 90,3% inferior.
Desde LetterOne negaron ayer todas las acusaciones recogidas por el informe policial y aseguran que todo partía de una denuncia falsa por parte de Pérez Dolset, "al que Fridman ni siquiera conocía".