Empresas y finanzas

Uber y Cabify afirman que el decreto de la Generalitat les echaría de Barcelona

  • Unauto dice que estudiará medidas legales contra el decreto

Estela López, elEconomista.es

Las empresas de VTC, con Uber y Cabify como máximos exponentes, anunciaron a última hora de este martes que podrían dejar de operar en Barcelona por el decreto de regulación del sector que la Generalitat prevé aprobar la semana que viene. Aunque Marta Plana, directora de regulación de Cabify, señaló que el Govern "ha cedido al chantaje del taxi", la empresa ha emitido un comunicado desmintiendo que haya "adoptado ni hecho pública ninguna decisión sobre el posible abandono de Barcelona por parte de la compañía".

Por su parte, Unauto VTC ha anunciado en un comunicado que estudiarán "todas las medidas legales" a su disposición para combatir una regulación que consideran "injusta, dictada por el sector del taxi e impulsada bajo coacciones inaceptables en un estado de derecho".

El consejero catalán de Territorio, Damià Calvet, detalló este martes que el decreto impondrá un preaviso de 15 minutos y que el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) lo pueda ampliar a una hora. También prohibirá la geolocalización de los vehículos por parte de los usuarios antes de precontratar porque " se equipara con la inmediatez", y prohibirá que los vehículos estacionen en la calle. "Tras un servicio, el coche deberá volver a la base, a no ser que por el camino se le vuelva a precontratar", detalló Calvet. Los taxistas decidirán este miércoles si abandonan la huelga.

Para las compañías de VTC, tan inviable es obligar a un preaviso de 24 horas como de 15 minutos, ya que implica un tiempo de espera en el que los vehículos quedan en el limbo, ya que no pueden transportar al usuario aunque lleguen al punto de recogida, y tampoco se les permitirá estacionar. "Restricciones como el tiempo de espera de 15 minutos ponen en riesgo a todo el sector de la VTC en Cataluña, incluyendo nuestro servicio de UberX en Barcelona", señalaban desde Uber, antes de conocerse el detalle definitivo del decreto catalán, que la Generalitat pretende que entre en vigor el próximo miércoles, tras aprobarlo en el Consell Executiu del martes.

La firma esgrimía que cualquier tiempo mínimo de espera obligaría a cerrar el servicio, pese al interés de la compañía por Cataluña. En noviembre, anunció planes para expandirse a más de 30 municipios del área metropolitana de Barcelona tras incorporar 200 vehículos y 400 conductores. Entonces, afirmaba que el tiempo medio de espera en la capital catalana era de seis minutos.

Sin embargo, Calvet defendió la propuesta de precontratación con 15 minutos de antelación como proporcionada y sólida jurídicamente, ya que "no inhabilita la posibilidad de operar de las VTC y las diferencia de la inmediatez del servicio del taxi". También avanzó que la Generalitat quiere elaborar más adelante una ley sobre el sector VTC, aunque no vería la luz, como pronto, hasta dentro de un año y medio o dos.

Blindar el Mobile

La Generalitat quería desbloquear la situación cuanto antes y evitar poner en peligro el Mobile World Congress, que se celebrará en Barcelona a finales de febrero y que requiere tanto de taxis como de VTC para la movilidad de los más de 100.000 asistentes.

Calvet y Colau coinciden en la petición de levantar el colapso circulatorio que vive Barcelona desde el viernes, con los taxistas ocupando el centro de la ciudad y los conductores de VTC la parte alta de la Diagonal, lo que afecta tanto a la movilidad privada como a la red de autobuses, además de no haber servicios mínimos de taxi. "Nos gustaría que la negociación se hiciese sin presión en las calles, sin chantajes y sin violencia", expuso Calvet, mientras que la alcaldesa de la capital catalana instó: "No entiendo que colapsen la ciudad. Pido a todas las partes que haya sentido común y buena voluntad".

A parte del conflicto del taxi, planea otra sombra sobre el congreso de móviles. Una posible huelga de los trabajadores del Metro, que se votará el jueves.