La morosidad de las financieras de consumo escala a máximos de 2015

La morosidad empieza a subir de manera lenta y progresiva antes de que se desboque en 2021, cuando culmine las moratorias aplicadas y las ayudas del Gobierno. Una de los segmentos donde los impagos ya han comenzado a sentirse es en la financiación al consumo. Las entidades especializadas en esta actividad sufren ya un ratio de insolvencias superior al 7%, un nivel no visto desde 2015.

Según los datos del Banco de España, en agosto las financieras de consumo contabilizaron créditos de dudoso cobro por un importe total de 3.202 millones de euros, lo que supone casi 600 millones más que a finales de diciembre de 2019. El ratio, de esta manera y debido a la bajada del saldo de préstamos por el hundimiento de la actividad tras la pandemia, escala hasta el 7,05% en concreto.

Los expertos consideran que este tipo de préstamos serán los que más problemas presenten al sector, además de la concesión a empresas, y auguran que la tasa global de morosidad alcanzará en torno al 12% como consecuencia de los efectos de la pandemia.

Por ahora, el total de impagos ha crecido, pero de una manera controlada. En conjunto, el sector financiero ha sumado en lo llevamos de año 778 millones de créditos morosos (900 millones desde que estalló el coronavirus). Con ello, la tasa se sitúa en el 4,75%, ligeramente por encima de meses anteriores debido también a la caída de los saldos a pesar del aluvión de financiación destinada a las empresas por las líneas de liquidez avaladas por el Estado a través del ICO.

Las entidades, para hacer frente a estas insolvencias, han anticipado ya provisiones, que incluyendo los negocios que tienen fuera de nuestras fronteras, alcanzan los 16.000 millones. En los próximos meses los bancos continuarán realizando dotaciones especiales. Bankinter ha comunicado en el tercer trimestre que ha aumentado esta hucha, lo que supuesto un descenso de sus beneficios a la mitad.