BBVA perdió 50 millones con el plan estrella de Francisco González en El Escorial
- El banco pidió a Villarejo que investigase el fracaso de la operación
Eva Díaz, Fernando Tadeo
De proyectar un macroplan urbanísitico de naves industriales y centros comerciales a lo largo de un kilómetro y medio en El Escorial (Madrid)a perder 50 millones de euros. El gran fracaso de BBVA tiene nombre y dimensión: la finca El Monesterio de El Escorial de 140 hectáreas. Y dejó el dolor del fracaso en el entonces presidente de la entidad, Francisco González (FG). "Mi sheriff lo tiene clavado en el corazón", decía el que fue jefe de Riesgos e Inmobiliario del grupo financiero y entonces presidente de Distrito Castellana Norte, Antonio Béjar, a Rafael Redondo, socio del excomisario José Manuel Villarejo, en una conversación de diciembre de 2013.
La compra de esta finca por parte de Anida, la antigua inmobiliaria de la entidad, a finales de 2006 tiene una historia de la que el banco duda que ocurriera por casualidad. Según Béjar, tal y como se desprende del sumario de espionaje de BBVA, la entidad iba a comprar la finca al vendedor por 300 millones de euros, aunque el pago de los mismos iba a estar sujeto a una serie de hitos urbanísticos. Principalmente, la declaración del suelo rústico a urbanizable.
Sin embargo, la operación no se firmó en un primer momento y a los seis o nueve meses volvió a la mesa del consejo de administración de BBVA. En esta ocasión, el dueño de la finca le propuso al banco vendérsela por 60 millones de euros pero sin sujección a los hitos urbanísticos. Y el banco la compró. Tan solo una semana después de la firma de la operación, la Comunidad de Madrid, entonces presidida por Esperanza Aguirre, declaró bien de interés cultural la cerca de Felipe II, una vaya de piedra que cercaba las tierras del Rey, y que rodeaba la finca que acababa de comprar el banco dejando automáticamente sus tierras inutilizables. Así, entre 2010 o 2011, y tres años después de desembolsar 60 millones de euros para realizar el macroplan urbanístico, el tasador del banco comunicó a la entidad que la finca no valía más de 8 o 10 millones de euros por la incapacidad de utilizar el suelo, por lo que el banco tuvo que provisionar los 50 millones que perdió.
En mitad de este contexto, Béjar pidió al socio de Villarejo que investigara qué pasó con esa operación, si se pudo enriquecer el vendedor, el exempleado del banco que abogó por la compra y qué papel tuvo la Comunidad de Madrid en toda la ejecución. Béjar mantenía contactos habituales desde finales 2009 con los socios del expolicía, desde que la entidad pidió espiar al constructor Fernando Martín y al expresidente de Colonial, Luis Portillo.
Béjar quería conocer cómo se dio la operación de compra para poder darle explicaciones "al jefe", en referencia a FG, que no olvidaba el asunto y preguntaba a menudo al respecto. "Es un tema, realmente, donde la metedura de para es del banco, porque realmente, digamos, probablemente confiamos demasiado en un tío en el que no teníamos que haber confiazo", dijo el exjefe de Inmbiliario respecto a un antiguo empleado de la entidad.
En manos del banco y Cerberus
La finca de El Escorial que compró BBVA tiene 146 hectáreas, de las que 145 son prados y praderas, según el Registro de la Propiedad. Además de la edificación en estado de ruina (imagen de arriba) que se aprecia en una de las entradas a la finca, alberga dentro, por un camino privado, el palacio del Duque de Pinohermoso, de 580 metros cuadrados y cuya construcción, según el Catastro data de 1940. La finca, al menos en los últimos años, estuvo custodiada por un vigilante privado.