Editoriales
Prosigue la asfixia en la banca
elEconomista.es
Los bancos españoles ven cómo su cartera de créditos les plantea problemas a través de dos frentes, sobre todo en lo que respecta a los préstamos hipotecarios. Por un lado, la constante caída del euríbor, que no se detiene pese a estar ya en negativo, implica que cada vez son más bajos los intereses que las entidades cobran por los créditos concedidos en el pasado.
Por otro lado, se ha desatado una guerra sin cuartel por captar nuevos clientes que salven el stock, lo cual implica que las nuevas hipotecas se concedan en España al 1,98% de media, el segundo gravamen más bajo de toda la zona del euro, sólo rebasado por Alemania.
En medio de esta tormenta perfecta resulta comprensible que la rentabilidad de la cartera crediticia de los bancos, en la que también se incluyen préstamos a empresas y al consumo, mostrara en marzo pasado un descenso del 20% en escala interanual.
Caídas tan pronunciadas no pueden ser compensadas por el ahorro en la retribución de los depósitos, ya que los tipos de interés están tan bajos que es ilógico esperar mayores alivios procedentes del pasivo. En cuanto a los ingresos por comisiones, siguen en los niveles tradicionalmente reducidos que caracterizan al sector en España.
Por tanto, resulta innegable que las entidades sufren de asfixia en su negocio medular: la concesión de créditos. No cabe esperar remedios a corto plazo, en la medida en que ni la recuperación económica ni las barras libres de liquidez del BCE atacan el gran problema de fondo para la banca, que es la ausencia de una demanda solvente de suficiente envergadura. Ante esa realidad, sólo cabe esperar que las entidades tengan que seguir acometiendo profundas reestructuraciones.