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El superdomingo electoral y China, los 'rompepiernas' del calendario 2019

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En las grandes carreras ciclistas, igual que en la inversión, ser gregario no siempre ayuda a ganar la competición, y una escapada a tiempo puede marcar la diferencia entre un buen año y uno excelente. Sin embargo, para vestirse el codiciado maillot conviene conocer bien el terreno que se pisa, establecer una estrategia y adaptarse a los obstáculos que se encuentren por el camino, muchos de ellos predecibles y, otros muchos, caprichosos.

En un año que se presenta, en apariencia, más llano que el anterior, con menos procesos electorales de peso que puedan influenciar a la bolsa española, como los que hubo en México y Brasil, lo cierto es que aún es difícil saber si 2019 será un año más de escaladores o de rodadores, pero lo que sí se puede intuir es que el vendaval del Brexit continuará arreciando. Lo que está claro es que el inversor cuenta con una ventaja en esta ocasión: se acabó el factor sorpresa de los bajistas. La entrada en 2018 prometía un año feliz de mercado, con crecimiento sincronizado en la economía mundial y en un momento cercano al final de ciclo, un contexto en el que las recompensas del mercado suelen ser altas. El inversor se preparó para una ruta con estas características, pero el año, sin embargo, ha terminado siendo un terreno lleno de baches, más propicio para recorrerse con una mountain bike que con la famosa Espada de Indurain. Al menos en este sentido 2019 promete ser diferente, con un inversor que ya tiene callos en las manos de tanto aferrarse al manillar y que está ojo avizor a los problemas que puedan llegar.

En tiempos como estos, de incertidumbre, es clave pautar el camino, y por eso elEconomista vuelve a publicar El Perfil del Mercado, una guía detallada de los eventos que hay que vigilar, y que ayudará a definir la estrategia más adecuada para remar por el universo de la renta variable. Dos serán las cumbres importantes que se avistan en el horizonte: por un lado, el fin de la tregua comercial entre China y Estados Unidos, establecido en marzo, y el superdomingo electoral en España, el 26 de mayo, en el que coincidirán las elecciones municipales y autonómicas con las elecciones al Parlamento Europeo. Además, incluso podrían celebrarse unas elecciones generales al Congreso de los Diputados y al Senado, concentrando el voto en un solo día.

Última reunión del año de la Fed

Antes de adentrarse en 2019, el inversor deberá superar su primer ascenso a la montaña en los próximos días y, aunque se trate de un puerto de primera categoría -como el Mirador del Fito, en Asturias-, dejará su huella en la situación económica del año que está por llegar. El Comité Federal de Mercado Abierto, organismo perteneciente a la Reserva Federal, se reunirá entre el 18 y el 19 de diciembre en Washington para abordar una nueva subida de los tipos de interés -sería la cuarta este año- y según los datos de Bloomberg, hay una probabilidad del 65% de que se encarecerá aún más el precio del dinero.

Además, "se prevé que la Fed incremente los tipos en tres ocasiones el próximo año", opina Stefan Kreuzkamp, director de inversiones en DWS, la filial de gestión de activos de Deutsche Bank. Sin embargo, otros esperan que el banco central estadounidense "ponga fin a su ciclo de subidas de tipos en junio del año que viene", pronostican los economistas de Schroders, y "a medida que la economía se ralentice, efectuará una bajada de los tipos en 2020", puntualizan desde la gestora británica. "Como resultado", concluyen, "el dólar estadounidense seguramente alcanzará su punto álgido en 2019".

La tregua chinoamericana llega a su fin

Como José María Chava Jiménez escalando el Angliru, con la tensión recorriendo todo el cuerpo, así han debido de sentirse los presidentes de Estados Unidos y China durante la mayor parte de 2018. La guerra comercial declarada entre ambos países, a partir de la subida de aranceles al aluminio y el acero por parte de Donald Trump, encendió una mecha que todavía podría alcanzar la pólvora. De momento, una tregua se ha impuesto entre las partes, pero caduca el 1 de marzo.

De sus compromisos o sus desacuerdos dependerá la economía mundial en 2019, antesala de una recesión a escala global que ya pronostican algunos economistas para 2020. Es muy probable que el deterioro de la relación entre Estados Unidos y China profundice el próximo año, según el cuadro de riesgos geopolíticos publicado por el BlackRock Investment Institute y, además, tendría un impacto considerable sobre la renta variable mundial.

A su vez, un conflicto entre Rusia y la OTAN y la fragmentación de la Unión Europea tendrían un impacto mucho mayor en los mercados financieros que las tensiones comerciales, aunque es menos probable que ocurra, según plantean desde la firma de inversión.

La OPEP evaluará los recortes en abril

El último acuerdo alcanzado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, como Rusia, debería reducir la producción de crudo en 1,2 millones de barriles diarios a partir del próximo 1 de enero -800.000 barriles menos para los miembros del cártel y 400.000 para los no miembros-. La próxima reunión ordinaria para evaluar el pacto y, quién sabe si tomar nuevas medidas, se celebrará en abril en Viena con el fin de monitorizar los progresos.

Una vez despejada la duda sobre la participación de Rusia en el acuerdo, "[el recorte propuesto] tendría un impacto a corto plazo para mantener los precios", opina Gonzalo Escribano, director del Programa Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano. Sin embargo, "si pasase algo en Libia, Nigeria o Venezuela, haría que el precio se disparase", añade el investigador. Después de un año en el que el petróleo Brent alcanzó los 86 dólares por barril y ya pierde un 30% desde entonces, "todas las previsiones apuntan a que se situará en un rango entre los 60 y los 80 dólares" durante 2019, "siendo la zona de 60 dólares un precio bajo en el que los productores pueden mantener la producción y 80 dólares, un precio con el que no se destruye demanda", observa Escribano.

Las elecciones de finales de mayo

En 1978, el campeón del Grand Prix de la montagne del Tour de Francia fue el escalador español nacionalizado francés Mariano Martínez. Ese mismo año, España recibió el visto bueno de la Comisión Europea para iniciar las negociaciones de adhesión a las comunidades europeas y, además, se fijó la fecha de las primeras elecciones europeas por sufragio universal directo, que se celebraron en 1979.

Cuarenta años después, el segundo acontecimiento más relevante del año ocurrirá a finales de mayo, con la celebración de elecciones a la Eurocámara, autonómicas y municipales en España -el Mont Ventoux particular del mercado en 2019-. En caso de que el Reino Unido hubiese abandonado para entonces la Unión, el número de eurodiputados pasaría de 751 a 705.

"Las encuestas apuntan a una pérdida de poder por parte de los dos grandes grupos en el Parlamento Europeo, los populares y los socialdemócratas. Todo indica que perderán la mayoría absoluta, obligándoles a llegar a consensos más amplios que podrían incluir a los liberales de ALDE o los verdes (GUE/NGL) que, si se cumplen las previsiones, verán aumentar ligeramente sus asientos en el Parlamento", explica la economista Amanda Tabanera, integrante de Con Copia a Europa, una asociación proeuropea y apartidista formada por un grupo de jóvenes politólogos, economistas e internacionalistas, entre otros ámbitos.

"El gran vencedor será el frente compuesto por los partidos de extrema derecha antieuropea", advierte Tabanera, "impulsados por los buenos resultados nacionales en Francia (Rassemblement nationale), Alemania (AfD), Holanda (PVV), y en aquellos países en los que estos partidos populistas ya gobiernan, como en Italia, Austria, Hungría y Polonia".

Aunque estos partidos no coinciden en todas sus políticas, observa la experta, "la mayoría sí que lo hacen en su cruzada contra la UE y el discurso antiinmigración".

"Las elecciones europeas en sí tienen muy poco impacto generalmente, sirviendo únicamente como estimación de voto para las elecciones generales y municipales, por lo que las bolsas suben si se ve una mejora de los partidos más conservadores y bajan si observan una mejora de los partidos de izquierda", relata Antonio Aspas, secretario de Buy & Hold.

"Este año, las elecciones municipales coinciden con las europeas, y es posible que coincidan con las generales, por lo que en sí las europeas pierden interés", añade el analista.

En el papel de la toma de decisiones, el Parlamento Europeo tiene, junto al Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno, un papel importante en el desarrollo de las propuestas de ley, si bien la iniciativa legislativa recae en la Comisión Europea y no en la institución que recoge la voluntad popular.

"Esta elección no importa mucho porque lo que se elige son diputados en un Parlamento que no tiene mucha influencia", observa Anton Brender, economista jefe de Candriam. Sin embargo, el analista francés concede que en estos comicios la gente vota "con sus tripas", es decir, con una motivación más emocional que racional, y si la extrema derecha gana más votos "asustará a los mercados porque les revelará que los populistas están más enrraizados en muchos países europeos en un momento en que la construcción europea está en una encrucijada". Brender menciona el incumplimiento del pacto de estabilidad por parte de Italia como ejemplo de qué podría ocurrir si los extremos ganan las elecciones. "La cuestión va a ser hacia dónde se moverá el proyecto europeo a partir de ahora y, con los populistas muy arraigados, esta cuestión será cada vez más grave", reflexiona el analista. "Si el resultado [electoral] es tan negativo como me temo -aunque las cosas pueden cambiar para mejor-, podría causar algo de estrés en los mercados. Es un riesgo con el que tenemos que contar", concluye el economista.

El próximo movimiento del BCE

Uno de los puertos con los que tendrá que lidiar el mercado en 2019 es el del cambio de paradigma en la política monetaria de la eurozona. El cambio de pie del Banco Central Europeo (BCE) se manifestará en enero: por primera vez desde marzo de 2015 no invertirá dinero nuevo en deuda de empresas y países europeos, retirando un apoyo monetario clave en el comportamiento de las bolsas y los bonos europeos durante 4 años.

Sin embargo, la reunión de 2019 que se antoja más importante es la de junio, ya que, según opinan los expertos, no será hasta entonces cuando el organismo anuncie nuevos cambios en su política: la opinión más repetida, del 37% de los expertos encuestados por Bloomberg a principios de diciembre, cree que será entonces cuando Mario Draghi haga su siguiente cambio de discurso, orientado a dar más luz sobre el momento en el que el organismo subirá los tipos de interés en la eurozona, por lo que el encuentro del BCE del 6 de junio está marcado en el perfil del mercado como un puerto de segunda categoría.

Hasta ahora, el presidente de la entidad persiste en que "los tipos se mantendrán sin cambios al menos durante el verano de 2019", unas declaraciones que han generado confusión en los mercados, ya que para muchos no son bastante claras sobre la futura evolución del precio del dinero. Eso sí, es posible que el BCE cambie en algo su mensaje en alguna reunión previa, por lo que los inversores también deben marcar en el calendario los días 24 de enero, 7 de marzo y 10 de abril. En cuanto a la expectativa de subida de tipos, los analistas creen que el primer incremento en el precio del dinero de 25 puntos básicos se producirá en enero de 2020.