En los mercados financieros siempre se pueden encontrar compañías que, dado su tamaño y el aura que les rodea, ejercen una influencia desmesurada en el comportamiento del resto de firmas con las que conviven en los parqués. Es el caso de compañías como General Electric o Microsoft en su momento... y de Apple a lo largo de los últimos lustros.
Por eso, una advertencia como la lanzada esta madrugada por la empresa dirigida por Tim Cook, no pasan desapercibidas para nadie. La firma de Cupertino ha anunciado que obtendrá un beneficio inferior al estimado meses atrás ante la debilidad del mercado chino.
La economía se está desacelerando y las tensiones comerciales entre las dos principales potencias del mundo -China y EEUU- no hacen sino añadir más presión al contexto macroeconómico global, aseguran desde la firma norteamericana.
Es decir, desde Apple no se han sabido calibrar las magnitudes de la desaceleración económica a la que se enfrentan los grandes países del planeta y eso se ha dejado sentir en su cotización y en la del mercado en general, que cada vez empieza a ser más consciente de que la coyuntura que rodea a los mercados no es tan positiva como se pintaba hace ahora un año.
De hecho, según las previsiones, el crecimiento de china podría caer por debajo del 6.5% en el cuarto trimestre, algo que corroboraría esta tendencia a pesar de que Donald Trump se empeñe en afirmar que las caídas vistas en diciembre son sólo "un fallo técnico" y que aún les queda a los mercados un largo recorrido por delante si los acuerdos comerciales a los que él están a punto de llegar salen adelante.
En este contexto, las bolsas europeas siguen intentando sin demasiado éxito formar un rebote que sirva para ajustar parte de la última y fuerte caída y aliviar algo la sobreventa existente. Por el momento la presión compradora no está consiguiendo el primer requisito que consideramos mínimamente exigible de cara a poder favorecer este rebote, concretamente que los índices europeos logren superar los máximos que marcaron la semana anterior, que en el caso del Ibex 35 (IBEX.MC) se encuentran en los 8.555 puntos y en el DAX 30 alemán en los 10.635 puntos.
Mientras estas resistencias no sean superadas el control del mercado lo seguirán manteniendo los bajistas y se mantendrá el riesgo de seguir asistiendo a una profundización de la tendencia bajista.
En este sentido, la subida del real brasileño vista ayer y del Bovespa, el principal selectivo bursátil del país sudamericano ante las promesas del nuevo ministro de Economía, Paulo Guedes, de reformar el sistema de pensiones en Brasil y de rebajar los impuestos, pueden ayudar a que, al menos el mercado español, registre un mejor comportamiento ante la elevada exposición a dicha área geográfica.
Las primeras jornadas del año arrojan ganancias para la onza de oro al calor del comportamiento bajista de las bolsas. El metal precioso vuelve a posicionarse como un refugio después de meses de inactividad. De hecho, el oro repunta más de un XX% desde los mínimos marcados en XXXX y ya es una de las materias primas que más destaca por su comportamiento en 2019.
Además del oro, las compras también se han centrado en los bonos alemanes con vencimiento a 10 años.
La ruptura de resistencias que presentaba el futuro del Bund en las 164 figuras es una clara señal de continuidad de la tendencia alcista que define el futuro del Bund en plazos largos (bajista en términos de rentabilidad).
"Si atendemos al objetivo teórico que surge de proyectar la amplitud del lateral roto al alza meses atrás al batir las 160 figuras, en un chart ajustado por cupones, todo apunta a que aún podríamos ver alzas a corto plazo hacia cuando menos los 166-166,75 puntos", asegura Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader.
Por último, el yen japonés ha sido el otro activo que a pesar de la volatilidad vista en los primeros compases de 2019 ha conseguido mantenerse al alza. La divisa japonesa se revaloriza más de un 2% de media frente a sus cruces más negociados.