Después del batacazo que tuvo lugar ayer en Wall Street lo positivo a corto plazo es que la presión vendedora no está logrando por el momento provocar la pérdida de los distintos soportes que hace semanas vengo sugiriéndoles vigilar en Europa, tales como los 3.450 del EuroStoxx 50 (SX5E.ST) y sobre todo de los 12.400 del DAX (DAX.XE) 40 de Frankfurt o los 7.765 puntos del Ibex 35 (IBEX.MC), que son los que podría calificar como la línea divisoria que separa un contexto potencialmente alcista de uno bajista en el que cabría esperar al menos caídas del orden del 10%.
Mientras no se pierdan las posibilidades de que podamos asistir a un contraataque alcista se mantendrán intactas, sin perjuicio de que para que confiemos en el mismo es preciso que el Ibex supere la resistencia de los 8.235 puntos, que es por donde discurre la directriz bajista que surge de unir los máximos de mayo y de agosto y aparece la línea de confirmación de un patrón de giro al alza en forma de doble mínimo en los 7.765 puntos.