El rebote que desarrollan las bolsas europeas desde el lunes se resiste a morir y no lo hace gracias en parte a la fortaleza que están mostrando índices como el S&P 500 (SP500.CH) y el Nasdaq 100 (NDX100.NQ), que están logrando a corto plazo nuevos altos de todos los tiempos. Que las bolsas europeas no estén consiguiendo seguir la estela de Wall Street, como si no se fiaran de esos máximos, es algo que resulta inquietante y que invita a seguir manteniendo nuestra idea analítica que sugiere que los máximos que marcaron la semana pasada las bolsas europeas, como son los 4.165 puntos del EuroStoxx 50 (SX5E.ST) o los 9.300 del Ibex 35 (IBEX.MC), han sido un techo temporal en los ascensos y el punto de origen de una consolidación o corrección que aún podría ser más amplia o profunda antes de retomarse las alzas de un modo sostenible.