Economía

¿Qué es el cepo cambiario de Argentina? ¿Cómo funciona?

El Gobierno limita las compras de dólares en Argentina. Foto: Reuters.

El titular del Banco Central de Argentina, Guido Sandleris, anunció este lunes nuevas restricciones a la compra de divisas para "proteger las reservas nacionales ante el aumento de la demanda de dólares de las últimas semanas" y ante la incertidumbre que genera la victoria de Alberto Fernández en las elecciones de este domingo.

La autoridad monetaria incrementó hasta diciembre los controles cambiarios desde el límite de 10.000 dólares por mes que regía hasta el momento y ahora solo podrán comprarse 200 dólares al mes a través de cuentas bancarias y 100 dólares al mes en efectivo. El titular del banco central aseguró en una conferencia de prensa que quedan exentos de las restricciones cambiarias los viajes internacionales y el retiro de fondos desde el exterior.

Ya en el mes de septiembre, el Gobierno impuso un "cepo cambiario" en Argentina ante la mega devaluación posterior a las elecciones primarias. Mauricio Macri alegó entonces que lo implementó para "defender a los ahorristas". Era la segunda vez que los argentinos sufrían estas restricciones, ya que había pasado algo similar en 2011.

El Ejecutivo emitió entonces un decreto que estableció un tope de compra mensual de 10.000 dólares para personas físicas. Este techo también aplicaba a las transferencias de fondos de cuentas al exterior por persona al mes.

Por su lado, las grandes empresas exportadoras requerirán la autorización del Banco Central para la compra de divisas y transferencias al exterior del país. Según establece el decreto de necesidad y urgencia publicado por el Boletín Oficial de la nación "el contravalor de la exportación de bienes y servicios deberá ingresarse al país en divisas y/o negociarse en el mercado de cambios en las condiciones y plazos que establezca el BCRA".

Mediante un comunicado separado, el BCRA explicó que la medida busca "lograr mayor estabilidad cambiaria y proteger al ahorrista" y anunció que los bancos estarán habilitados para extender su horario hasta las 17 horas. durante un mes. Las medidas tienen vigor a partir de este lunes 2 de septiembre y hasta el 31 de diciembre de 2019.

Recuerdos del anterior cepo cambiario

En noviembre de 2011, el gobierno de Cristina Kirchner había impuesto restricciones ante el incremento en la llamada fuga de capitales, es decir, la compra de dólares y otras divisas extranjeras por parte de familias y empresas. Consistió en una serie de medidas oficiales, restrictivas, con el objetivo, justamente, de evitar que compren dólares.

La primera medida se había tomado a partir del 1 de noviembre de 2011. Desde ese día, todos los argentinos tuvieron que pedir autorización a la AFIP, la agencia recaudadora de impuestos, antes de comprar divisas extranjeras. En la práctica, un gran porcentaje de la población quedó fuera de poder hacerlo, ya que la AFIP, sin más, decía que el ciudadano o la empresa presentaban supuestas "inconsistencias", por lo que negaba la posibilidad de hacerlo.

Sin embargo, sí quedaba una opción para acceder a los dólares: usar las tarjetas de crédito y débito en el exterior. Hacerlo era más que beneficioso, ya que se accedía a un dólar oficial que por entonces cotizaba a poco más de $ 4 por dólares y, en el mercado paralelo, también llamado dólar blue, cotizaba un 50% más que ese valor.

Por eso, el Gobierno, a través de la AFIP, impuso una retención impositiva del 15% para quienes usaran las tarjetas en el exterior. Este impuesto subió en 2012 a 20% y, finalmente, a 35% desde diciembre de 2013.

Las medidas restrictivas incluyen decenas de otras resoluciones del Banco Central, la secretaría de Comercio, la AFIP y otras entidades públicas. Hoy, está prohibido comprar moneda extranjera para atesorar, según disposiciones del Banco Central, mientras que las restricciones afectan las importaciones, tanto de bienes de consumo como de capital en la industria e incluso en el sector servicios.

Los economistas explican que el cepo -palabra odiada por la presidenta Cristina Kirchner, según confesó en una oportunidad- no ataca directamente al problema de por qué los argentinos y sus empresas compran dólares: la desconfianza en la economía y el retraso cambiario, generado por una inflación del 25% anual desde 2007, con excepción de 2009, y una devaluación muy inferior.

Pero, en la práctica, es una necesidad económica, ya que la fuga de capitales sólo a través del turismo podría llegar a US$ 10.000 millones, un número similar al superávit comercial esperado.

La escasez de dólares provocó una fuga masiva de depósitos en esa moneda de los bancos e impactó muy fuertemente en las reservas del Banco Central, que debió compensar la salida de divisas vendiendo reservas, hoy ubicadas en su peor número de los últimos seis años.

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