Las entidades se resisten a bajar sus objetivos de rentabilidad, pese a las incertidumbres
- El euribor deja de remontar hacia el terreno positivo tras 12 meses
Fernando Tadeo
Los bancos españoles, a pesar de que están abiertos a fusiones para alcanzar la rentabilidad que exigen los mercados, se resisten a rebajar sus objetivos o a aplazarlos. Consideran que van a ser capaces de cumplir con las expectativas fijadas en sus planes estratégicos para los próximos años.
De los principales bancos que ofrecen expectativas de negocio, los máximos responsables de Bankia y del Sabadell están siendo tajantes al asegurar se cumplirán con las previsiones anunciadas al mercado y que vencen a finales de 2020. Consideran que tienen palancas para compensar los menores ingresos que se consigan por los efectos de una mayor ralentización de la economía y, sobre todo, por el aplazamiento de los tipos de interés. Sus proyecciones están basadas con tasas positivas del euribor desde principios de este ejercicio y en la actualidad aún se sitúa en el -0,108%. En marzo frenó su escalada hasta el terreno positivo tras once meses consecutivos de remontada.
Bankia pretende alcanzar el 11% de rentabilidad sobre recursos propios tangibles (ROTE) o más de un 10% de retornos sobre capital (ROE). Confía en poder registrar un beneficio de 1.300 millones. Por su parte, el Sabadell se reafirma en su compromiso de elevar al 13% el ROTE y poder conseguir unas ganancias de 1.400 millones.
Otras, como CaixaBank, tienen más tiempo para poder encauzar la situación, ya que sus planes se extienden a 2021. Para entonces se calcula que el BCE ya habrá llevado a cabo alguna subida en el precio del dinero que, incluso, podría ser de más calado de lo que se pueda esperar en estos momentos. Todo dependerá de la recuperación de la economía en la zona euro y de los niveles de inflación.
La semana que viene el Santander dará a conocer a analistas e inversores, los detalles de su nuevo plan a tres años. En enero su presidenta Ana Botín adelanto que el objetivo es llegar a una horquilla de entre el 13 y el 15% de rentabilidad sobre recursos propios tangibles.
En el sector destacan que no es fácil reconocer a mitad del partido que no se cumplen con las promesas dadas a los inversores, porque eso se puede interpretar como "poco fiable" o "poco creíble" y tiene consecuencias negativas en las cotizaciones. Y, hay que tener en cuenta que éstas ya están demasiado presionadas, con desplomes en el año de más del 10%.
Previsiones a la baja
Esta circunstancias está frenando a las entidades a rebajar sus objetivos. Por eso, la única que ha deslizado que podría tener que revisar sus previsiones a la baja es Ibercaja, un grupo que no cotiza aún en el mercado. Eso sí, la entidad aragonesa quiere debutar en el parqué antes de final de 2020, para lo que lleva meses trabajando.
El proyecto para colocar en torno a un 40% del capital se le está complicando al grupo aragonés, ya que en un principio tenía intención de llevar a cabo esta operación durante la primavera. Las circunstancias del mercado no son las favorables en estos momentos y los inversores solo estarían dispuestos a adquirir acciones con elevados descuentos, de más de un 60% sobre el valor en libros, algo que no convence a Ibercaja, que pretende preservar su valor.
Por ello, lo más probable es que la entidad posponga hasta la próxima ventana de oportunidad, en octubre, para intentar materializar su salida a bolsa. Entre los objetivos que se había fijado Ibercaja se encuentra la obtención de una rentabilidad cercana al 9%, inferior a la que aspira la mayor parte del sector.
El resto de entidades no ofrece previsiones sobre su evolución, aunque hay que tener en cuenta que Unicaja y Liberbank están en un proceso de fusión. Una vez se apruebe darán sus expectativas.