Banca y finanzas

El exministro Sebastián acusa a BBVA del "mayor escándalo de corrupción corporativa" por el Caso Villarejo


    Fernando Tadeo, Eva Díaz

    El exministro socialista Miguel Sebastián ha demandado a BBVA ante la Audiencia Nacional por el presunto espionaje al que le sometió el excomisario José Manuel Villarejo por orden de Francisco González, por aquel entonces presidente del banco. Es la segunda demanda interpuesta por los presuntos espiados contra la entidad y el exinspector.

    Sebastián, a través de el despacho de abogados CCS, ha presentado un escrito ante la Audiencia Nacional para personarse como acusación particular en la causa en calidad de perjudicado. Según sus representantes jurídicos, el exjefe de la Oficina Económica de La Moncloa considera que los hechos conocidos hasta la fecha son "especialmente graves" y "de resultar finalmente probados, podrían constituir el mayor escándalo de corrupción corporativa de la democracia Española".

    Para ello, el exministro argumenta que se habrían utilizado recursos del banco para la defensa de posiciones internas de poder en perjuicio de accionistas minoritarios. La red de espionaje se utilizó, en principio, para tumbar la operación de asalto de Sacyr a la entidad y así salvaguardar los intereses del entonces presidente ejecutivo, Francisco González. La constructora pretendió a finales de 2004 hacerse con más de un 5% del capital de BBVA para tomar su control y derrocar a González del sillón de mando en una operación que estaba respaldada por el Gobierno socialista de entonces, en el que trabajaba el propio Miguel Sebastián.

    Otro de los argumentos que expone el escrito es el uso de unidades operativas contratadas de forma encubierta para acometer las tareas de espionaje y "recontrucción falsaria de la realidad, que estarían además coordinadas y tendrían estrecha relación con personas pertenecientes a cuerpos policiales y de seguridad del Estado, lo que les habría permitido acceder a informaciones privadas y reservadas especialmente protegidas".

    Hay que tener en cuenta que, entre las comunicaciones interceptadas por el expolicía para BBVA, se encuentran una serie de llamadas telefónicas realizadas por Sebastián. Además, el exjefe de la Oficina Económica de La Moncloa también sufrió supuestos seguimientos sobre su persona y su entorno privado más cercano.

    El escrito de acusación ha sido registrado ante la Audiencia Nacional a primera hora de la mañana de hoy, según ha podido saber elEconomista. Supone ya la segunda denuncia contra BBVA y Villarejo por esta causa. Hace dos semanas, el expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, presentó una denuncia junto a dos exdirectivos del banco, José Domingo de Ampuero y Vicente Benedito por vulneración de la intimidad.

    Falta de disculpas

    Los representantes jurídicos de Sebastián reprochan a BBVA que, desde que se publicaron las primeras informaciones sobre la trama, "ningún representante se ha disculpado publicamente por tales hechos" ni se ha dirigido al exministro "aunque solo fuese para informarle de las medidas internas que se piensan adoptar o para transmitirle su voluntad de prestarle ayuda y colaborar en la identificación de los responsables y en la defensa de los derechos de las personas perjudicadas".

    El exministro de Industria, a través de sus abogados, también sostiene que el actual equipo directivo de BBVA comandado por Carlos Torres está obligado a "ofrecer una mínima explicación a las personas cuya intimidad fue drásticamente vulnerada" y a la que, como ocurre singularmente en su caso, "se fabricó por encargo un falso relato acerca de su vida personal con el sólo propósito de desacreditarlo ante los demás y crear un contexto intimidatorio". Todo esto, con independencia del esclarecimiento penal de los hechos, indica el socialista.

    Sebastián ya anunció el pasado 16 de enero que tomaría medidas legales contra el banco y los responsables de encargar las escuchas ilegales a Villarejo. "La diana, para mí es el que ha pagado esto, y si lo ha pagado el banco, pues el banco", aseguró entonces. El exministro terminó de caldear el ambiente bajo la proclama: "La guerra ha comenzado".