Banca y finanzas

La limpieza del 'ladrillo' provoca una caída generalizada de la morosidad

  • Las entidades se sacuden 90.000 millones de activos en 2019
<i>Foto: Archivo</i>.

Eva Díaz, Cristina Triana

El acelerado ritmo con el que la banca española se ha sacudido los activos improductivos (adjudicados más dudosos) de su balance a lo largo de 2018, ha supuesto un descenso generalizado de la morosidad en las principales entidades. El sector financiero español soltó 90.000 millones de euros en ladrillo el año pasado, según el informe de la consultora Prime Yield, una desinversión que supera en un 73% la registrada en el ejercicio anterior.

Así, a excepción de Bankia, la gran banca -que ha presentado los resultados anuales entre esta semana y la anterior- ya ha colocado su ratio de morosidad por debajo del 5%. El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, aseguró el pasado lunes que la entidad tiene como objetivo para este año reducirla por debajo de dicho nivel. El banco cerró 2018 con un ratio del 6,5%. En el lado contrario destaca Bankinter, con el menor ratio de morosidad de todo el sector financiero español, al situarlo en el 2,9%. Por otro lado, Sabadell cumplió en 2018 su objetivo de recortarlo por debajo la línea psicológica marcada por el sector del 5%.

El Banco Santander, con una tasa de morosidad del 3,73%, dio el pistoletazo de salida a la última oleada de desinversión de activos improductivos a través de grandes ventas de carteras. La entidad anunció en junio de 2017 el traspaso del 51% del ladrillo del Popular a Blackstone (15.800 millones de euros brutos), aunque la operación se materializó a mediados de este año.

BBVA y CaixaBank subieron, junto al grupo cántabro, al podio de las tres grandes ventas del año. La entidad azul traspasó a Cerberus 10.400 millones de euros de activos tóxicos, mientras que el banco de origen catalán vendió a Lone Star otros 10.240 millones.

Sabadell, por su parte, cogió ritmo en la venta de carteras este verano al colocar cuatro carteras (por un valor bruto conjunto de 12.500 millones) a Deutsche Bank, Cerberus y Axactor. El banco cumplió tan sólo en 2018 el objetivo de desinversión de activos improductivos que se había marcado de cara a 2020. El balance del ladrillo del grupo se redujo un 51% durante el ejercicio anterior. Finalmente, Bankia vendió a finales de año un portafolio valorado en 3.000 millones de euros, y dos carteras de otros 700 millones cada una. Esto, junto a la reducción orgánica de los activos, permitió al banco sacudirse del balance unos 6.000 millones de improductivos, duplicando el objetivo de 2.900 millones marcado para este año. Además de las próximas operaciones que están por llegar, la banca española, y siguiendo sus planes estratégicos, prevé desinvertir como mínimo otros 12.500 millones de euros en dos años.