La banca pierde el 23% de los ingresos por intereses de hipotecas en un año
- La rivalidad en el negocio hunde los tipos del 'stock' financiado
Eva Contreras
La competencia en precios de la banca para captar hipotecas mengua su recaudación a pasos agigantados. El sector ha perdido un 22,89% de su capacidad de generar ingresos por los intereses aplicados en solo un año por el doble efecto de ese hundimiento del precio y que el saldo financiado continúa achicándose, al ser la nueva contratación aún insuficiente para superar la amortización de los clientes de sus antiguos préstamos.
La contienda, unida a la retirada de las cláusulas suelo en numerosas entidades, ha deprimido en concreto la rentabilidad del stock financiado del 1,89% al 1,53% TEDR -el ratio más depurado para conocer el tipo de interés, asimilable a una TAE, sin incluir el cobro de comisiones asociadas al producto-. Y en el mismo periodo de tiempo se perdían 27.382 millones de euros o el 4,75% de la cartera hipotecaria por su repago.
Cae a la mitad en dos años
A foto fija, los 549.317 millones con que el sector selló el pasado año en stock de préstamos para vivienda aportaban 8.404,55 millones en ingresos al aplicarles el 1,53% TEDR apuntado. Apenas doce meses atrás, la recaudación era 2.495 millones superior, resultado de multiplicar los entonces 576.699 millones de saldo vivo hipotecario por el 1,89%. Si bien, los ingresos reales son móviles en el tiempo a medida que varía el volumen de negocio y el precio, el cálculo estático al cierre de ambos ejercicios confirma el impacto de la competencia por clientes y, como mínimo, fija la base de partida con la que enfrentan los siguientes meses.
En este caso, la banca arranca 2016 con un interés hundido en mínimos y que, solo de haber conservado la rentabilidad del año previo generaría 10.382 millones -1.977 millones adicionales-, aún reduciéndose, como ocurre, el volumen gestionado por efecto del natural desapalancamiento o devolución de deuda por parte de los clientes.
El ejercicio, estimado a raíz de las estadísticas del Banco de España, confirma el dramático descenso de los ingresos habituales. En 2011, año en el que el negocio en cartera toco máximos, el saldo vivo de 650.473 millones tenía un interés medio del 3,12%, susceptible de aportar 20.295 millones y hace apenas dos años, en 2013, aún rentaba 16.402 millones o casi el doble de ahora, con 601.415 millones financiados y un TEDR del 2,61%.
A pesar de las voces de alarma, la guerra en precios no amaina. Tanto que el sector selló diciembre con los precios más bajos en hipotecas -del 2,31%- desde que el supervisor inició la serie estadística en 2003; en financiación a empresas por importes inferiores al millón de euros, normalmente asociada a pymes; que se deslizó al 3,28%; y la menor tasa en cinco años para operaciones superiores con compañías, situada en el 2,07%. Estos precios se encuentran expresados en TAE y, por tanto, incluyen, a diferencia del TEDR, las distintas comisiones ligadas a un préstamo y sobre las que la industria descansa gran parte de sus expectativas de convertir en rentables las operaciones.
Aunque el interés creciente por financiar ha ido haciendo más accesibles estos préstamos, prescindiendo de algunos requisitos, la mayoría exigen contratar pólizas de seguros de hogar y vida, imponen suscribir fondos de pensiones y un uso mínimo de tarjetas para disfrutar de una TAE más ventajosa. La estrategia es vincular al máximo con la firma de la operación y encontrar una mayor rentabilización con ventas cruzadas posteriores.
La rentabilidad está por los suelos en términos absolutos, pero el spread se mantiene muy por encima del aplicado en pleno boom inmobiliario. Si entre 2004 y 2006 las hipotecas incorporaban un diferencia junto al euríbor del 0,40-0,60%; hoy la tasa de interés del saldo vivo incorpora, al menos, un recargo del 1,2-1,4% frente a un euríbor hundido en diciembre en el 0,059% y que en los últimos días se ha adentrado, incluso, en terreno negativo.
Ahorros en depósitos
La contrapartida positiva ha sido abaratar la retribución del ahorro. Pero esa espiral a la baja flaquea. La remuneración de las imposiciones parece haber tocado suelo en el 0,40-0,39% en el que lleva casi medio año estacionado para el dinero fresco de familias y en empresas se reducido al 0,31%.
En ambos casos es casi la mitad del 0,66 y 0,51 ofertado un año antes. Queda margen para economizar recursos, sin embargo, porque la remuneración de los saldos vivos gestionados se encuentran en un 0,75 y 0,91%, respectivamente, que irá menguando a medida que los plazos a los que se contrató el depósito vayan venciendo y se renueve o no con los tipos inferiores de la nueva contratación.
El motor debe llegar de más financiación. La nueva concesión rompió ocho ejercicio de contracción en 2015 y subió un 12% a un ritmo de avance acelerado que anima a augurar a algunos expertos que el stock crecerá este año.