Banca y finanzas
BBVA y Sabadell: la última pieza encajada en el gran puzzle bancario de España
Francisco S. Jiménez
La unión entre BBVA y Sabadell es una de las últimas piezas que faltan para encajar en el proceso de la gran reestructuración de la banca española, que empezó en 2008, con la caída de decenas de cajas de ahorro, y está terminando con un mapa financiero compuesto por grandes grupos bancarios. Hace dos meses, trascendió que la fusión más probable era entre Sabadell y BBVA.
En todo este tiempo, Sabadell ha ido bailando como entidad absorbente a entidad absorbida. En 2011, acudió al rescate de la extinta Caja Mediterráneo, y en 2020 fue ya emparejada con BBVA, en una operación que no llegó a terminó. Las dos entidades rompieron las negociaciones al no llegar a un acuerdo en el precio de canje y de reparto de poder.
El presidente de la entidad catalana, Josep Oliu, nunca ha ocultado que el banco siempre estaba entre las quinielas para fusionarse con nombres más grandes o más pequeñas. Antes de confirmarse los contactos de hace cuatro años con BBVA declaraba que "no hay nada sobre la mesa, pero siendo un banco subvalorado, puede ser una oportunidad para otro banco, cuando una cosa está barata es una oportunidad si alguien la quisiera comprar".
Eran otros tiempos, de supervivencia bancaria, con todo el sector arrastrando la rentabilidad de los balances por culpa de los tipos negativos. En aquellos momentos, la valoración de la operación rondaba los 2.500 millones. Ahora la capitalización de Sabadell se acerca a los 10.000 millones, en otra era, tras una pandemia, inflación y tipos al 4%, y con TSB plenamente integrado y sin ser un dolor de muelas.
Años antes, el banquero catalán incluso admitió que había mantenido conversaciones con el extinto Banco Popular, hoy más que absorbido, integrado, por Santander. Este último movimiento, junto a la fusión de CaixaBank y Bankia, había dejado a BBVA y Sabadell predestinados a entenderse. En el tanteo de 2020, incluso estuvo sobre la mesa que Kutxabank formara parte de la unión. Hace un par de meses, los rumores apuntaban a la fusión de Sabadell con Unicaja.
BBVA tampoco se ha quedado quieto. En la pasada década pasó a convertirse en una de las soluciones. Primero al quedarse con un puñado de pequeñas cajas catalanas (Caixa Manlleu, Caixa Sabadell y Caixa Terrassa). Y segundo, al adjudicarse por más de 1.100 millones una de las grandes entidades intervenidas como fue Catalunya Banc.