Banca y finanzas
Sánchez saca adelante la tasa a bancos y energéticas pero bajo modificaciones
- Los grupos piden compartir el gravamen con las CCAA y que sea permanente
Eva Díaz, Alba Pérez
El Gobierno supera en el Congreso de los Diputados el primer escollo para sacar adelante su propuesta de imponer un gravamen extraordinario y temporal a grandes energéticas y bancos para financiar la economía en un momento inflacionista, potenciado por los efectos de la guerra de Rusia y Ucrania.
El PSOE y Unidas Podemos lograron este martes los apoyos del PNV, EH Bildu, ERC y parte del grupo Mixto (como Coalición Canaria y la CUP) y del grupo Plural (BNG, Más País y JuntsxCat) para iniciar la tramitación de la Proposición de Ley, por lo que se abrirá un periodo de enmiendas para continuar adelante con la propuesta. No obstante, como advirtieron los portavoces que dieron el apoyo al Ejecutivo, exigirán modificaciones al gravamen en las enmiendas o de lo contrario votarán en contra. Unas pretensiones que apuntan a complicar, y mucho, la marcha hacia adelante de esta iniciativa que se puede enredar y estancar en el Congreso si el Gobierno necesita contentar a todos para sacarla adelante. Por su parte, PP, Vox y Ciudadanos dieron el 'no' a la tasa.
Entre las condiciones que exigen los grupos que, de momento, han apoyado el gravamen está que pase por las Haciendas comunitarias. La propuesta del Ejecutivo articuló esta tasa para que fuera el Tesoro Público quien la ingresara, sin la participación de las CCAA. Al respecto, la diputada del PNV, Idoia Sagastizábal espetó que "se han olvidado de las Haciendas vascas y navarras con competencia en la materia" y por tanto, aseguró de forma tajante que si no hay concertación foral y además, se articula bien la tasa para que dé seguridad jurídica, se opondrán. Misma postura refirió la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, que criticó que el tributo choca contra el régimen de financiación de las CCAA y aseguró que lo van a apoyar porque están "de acuerdo con la filosofía", pero dependiendo de cómo se tramite podrán cambiar el voto.
Las pretensiones de otros grupos políticos como EH Bildu, ERC o BNG fueron un paso más allá y pidieron ampliar el alcance del gravamen. Concretamente, Mertxe Aizpurua, diputada de EH Bildu consideró "poca" la recaudación de la tasa en el caso de la banca (se pretende ingresar unos 1.500 millones de euros al año) y también apuntó a que el tributo debería ser permanente y no temporal. "Plantearemos estos cambios durante la tramitación", dijo. Mientras que Joan Margall, de ERC, también planteó su intención de hacer la tasa "más ambiciosa" y de "carácter permanente".
PP, Vox y Ciudadanos, contrarios
PP, Vox y Ciudadanos, contrarios a la tasa, centraron sus intervenciones en cuestionar la tramitación de esta norma como Proposición de Ley. El diputado del PP, Mario Garcés, tachó el gravamen de "irracionalidad fiscal" y criticó que el Gobierno use la figura de Proposición de Ley para eludir la consulta pública y los informes perceptivos, como el del Banco de España y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a los que la propuesta les impone unas competencias que no les corresponden como asegurar que las entidades no trasladan el coste del gravamen a los clientes.
Iván Espinosa de los Monteros (Vox), por su parte, criticó que la iniciativa del Ejecutivo "planea sobre lo inconstitucional" y compromete la inversión y el empleo. "Y lo hace con tramitación tramposa con la que tratan de eludir la consulta pública", criticó. La diputada de Ciudadanos, María del Carmen Martínez, en la misma línea del PP y de Vox, tachó de "inadecuada" la figura de Proposición de Ley en vez de Proyecto de Ley con el objetivo de evitar los trámites necesarios como consulta a los afectados o informes. Además, criticó que el tipo grave los ingresos en vez de los beneficios.
Desde el PSOE, Patricia Blanquer se limitó a defender la propuesta por las circunstancias inflacionistas y los impactos energéticos por la guerra, además de por el crecimiento de los beneficios de las energéticas por la subida de la energía y de la banca ante el alza de tipos (aunque aún no lo han reflejado). "Ambos sectores disfrutan sin esfuerzo de un importante aprovechamiento económico derivado de las circunstancias a costa de los clientes y de los consumidores y se han beneficiado directa o indirectamente de normativas o inyecciones públicas. Ahora se les puede pedir un esfuerzo", argumentó.
Impacto del gravamen
Las patronales bancarias nacionales y europeas advierten que el gravamen reducirá el flujo del crédito a la economía, complicando su recuperación. El Instituto de Estudios Económicos (IEE) estima que la tasa contraerá la economía en 5.000 millones (4 décimas del PIB) y destruirá 72.000 empleos. La banca promete pelear contra el gravamen si finalmente sale adelante.
El tributo pretende gravar a las empresas petroleras, gasistas y eléctricas con un 1,2% en sus ventas y aplicar un tipo del 4,8% sobre los margen de intereses más comisiones de las entidades financieras. El gravamen afectará a las energéticas con un facturación superior a los 1.000 millones de ingresos y a las firmas bancarias con más de 800 millones, ambas tomando como referencia las cuentas del año 2019. Sin embargo, quedarán exentas aquellas compañías cuyo negocio energético no alcance el 50% de la facturación y los bancos con menos facturación y filiales extranjeras en España. Entre ambos sectores, el Gobierno pretende recaudar 7.000 millones entre 2023 y 2024.