El crédito a empresas remonta a cotas precrisis y sube un 25% antes del BCE
- La concesión suma 85.120 millones hasta marzo y supera un 9,4% a 2019
- Las hipotecas baten cifras de 2010 pero el crédito al consumo aún no se normaliza
Eva Contreras
El negocio crediticio ha transitado el arranque del año con bríos renovados y sin aparentes dificultades a pesar de las fuertes incertidumbres abiertas por la guerra de Rusia. El nuevo crédito a empresas alcanzó los 85.120 millones de euros entre enero y marzo, lo que implica rebasar en un 25,37% la concesión del primer trimestre de 2021 y remontar por vez primera los umbrales pre-Covid (superó en un 9,45% los 77.769 millones otorgados en el periodo equivalente de 2019).
Queda aún un 1,57% por debajo de los 86.480 millones facilitados por la banca en el primer trimestre de 2020 aunque esta comparativa sufre la distorsión provocada por la bolsa de liquidez que introdujo la financiación avalada por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) cuyos programas arrancaron precisamente en dicho periodo.
Si se neutraliza dicho atípico efecto, lo que revelan las estadísticas del Banco de España es la normalización de otro de los grandes componentes crediticios: la concesión de hipotecas se colocó el pasado año ya en sus mejores cotas desde 2010 y continúa al alza (creció un 16,55% interanual en el primer trimestre), de forma que solo el crédito al consumo de familias se mueve aún por debajo de umbrales prepandemia (está a un 17,63% de 2019).
Alza de tipos y guerra
Habrá que ver si la guerra y, sobre todo, la subida de tipos de interés que se espera que inicie el Banco Central Europeo (BCE) a partir de julio altera la evolución de la cartera, pero las cifras hasta marzo revelan uno de los mejores desempeños de los últimos años. Sería preciso remontarse, de hecho, a 2015 para encontrar una mayor concesión a empresas si se aíslan las fuertes inyecciones de los ICO (la banca otorgaba por entonces 90.754 millones de euros).
Precisamente la existencia de esa liquidez con aval público fue la que provocó que la concesión colapsase en 2021 a mínimos desde que el Banco de España inició esta serie estadísticas en 2011 y es la que da cierta tranquilidad hoy a empresas y banqueros. "La ayuda del ICO a las empresas se ha materializado en préstamos a plazos largos de amortización que permiten una capacidad de repago más holgada y poder asumir este periodo transitorio de falta de actividad", explica el responsable de la división de Empresas en un gran banco.
En la banca reconocen incertidumbre en los vencimientos de los ICO, sobre todo, en los sectores golpeados por la pandemia y donde el encarecimiento de la energía y los problemas de abastecimiento provocados por la guerra agravan su situación, pero no trasladan temor a un rebrote de impagos que pase factura al flujo del crédito. "No estamos viendo señales de crédito con problemas ni en los ICOs", expresaba otro banquero.
Si los tipos aumentasen en 250 o 300 puntos básicos, algo que no se espera, las TAE retornarían a tarifas del año 2011
Lastran las incertidumbres, aunque subrayan, como positivo, que la guerra de Rusia frenará la economía sin frustrar el crecimiento y valoran el saludable balance de las compañías. La Comisión Europea redujo ayer su previsión de PIB en 2022 para España desde el 5,6% al 4%, lo que sigue siendo uno de los ejercicios de mayor dinamismo de los últimos años. Y el desapalancamiento realizado por las empresas en los últimos años hace que su deuda apenas suponga un 104,8% del PIB frente al 140,8% con el que entraron en la crisis financiera.
Fuentes financieras matizaron, sin embargo, que la financiación actual es "baja" y "no se ven grandes proyectos de inversión" todavía, restando importancia al impacto que pueda tener la subida de tipos sobre el encarecimiento de su financiación. Según el Banco de España, el peso de los gastos financieros de las empresas sobre excedente bruto de explotación -su resultado de explotación- se encarecerá en un punto porcentual frente a 2021 con el escenario de subidas de tipos que descuenta hoy el mercado y empezaría a subir a partir de 2023.
Para el Banco de España supone un escenario, por tanto, manejable si bien a ese efecto habría que sumar el impacto de la inflación y escalada de precios energéticos. Las fuentes financieras consultadas aseguran que "no hay percepción de preocupación entre el empresariado con esto". Si los tipos aumentasen en 250 o 300 puntos básicos, algo que no se espera, las TAE retornarían a tarifas del año 2011.
El volumen en refinanciaciones cae a la mitad
Entre los indicadores que anticipan vulnerabilidades en el crédito figuran las refinanciaciones. Este tipo de operaciones supusieron un 5,58% de la nueva concesión entre enero y marzo, cifra que se aleja del 16,66% máximo alcanzado en algún mes de 2021 en plena extensión de las moratorias de la financiación avalada por el ICO y que vuelve a moverse en parámetros normalizados.
Al cierre del año la banca tenía, precisamente, un 5% de su saldo vivo total en refinanciaciones, el mismo porcentaje que arrastraba su cartera previa al Covid. Otro 8% figuraba en vigilancia especial, que es como catalogan las entidades el crédito en riesgo de ser moroso aunque esté al corriente de pago.