¿Qué gana Hamás con el ataque a Israel? Las claves de la invasión sorpresa 'Tormenta Al-Aqsa'
Cristian Gallegos
"Ciudadanos de Israel, estamos en guerra", así de contundente fue el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu tras el ataque sorpresa de Hamás que ha causado hasta ahora 2.100 muertos y al menos 4.500 heridos en ambos lados de estos combates. Una devastadora invasión que pilló desprevenido al ejército israelí y que da cuenta del plan secreto de la organización criminal para convertirse en la principal resistencia a Israel.
Israel sufrió uno de los peores ataques desde que los ejércitos árabes libraron la guerra en 1973, esta vez por el grupo islamista palestino Hamás. Y es que los servicios de inteligencia de Netanyahu no tuvieron la "capacidad de anticipar" la masacre de la agrupación terrorista que ha dejado más de 2.100 víctimas mortales. Un devastador escenario, que plantea la duda sobre cómo se originó el plan y qué es lo que gana Hamas con este ataque.
La invasión del grupo islamista palestino Hamás viene de la mano de una cuidadosa "campaña de engaño" que tomó por sorpresa a uno de los ejércitos más poderosos de Oriente Próximo, impidiéndole defender a sus habitantes y turistas. Hablamos de una invasión basada en un plan secreto, y sin precedentes, con el que se intentó convencer al país gobernado por Benjamin Netanyahu de que Hamás no quería una pelea, menos una guerra.
"Campaña de engaño"
Por ello, mientras se hacía creer a Israel que supuestamente se estaba conteniendo a Hamás -con "incentivos económicos" a los trabajadores de Gaza- los combatientes del grupo estaban siendo entrenados, a menudo a "plena vista", dijo a Reuters una fuente cercana a la agrupación palestina que proporcionó muchos de los detalles del ataque y su preparación que ha sido recopilado por la agencia internacional.
"Hamás utilizó una táctica de inteligencia sin precedentes para engañar a Israel en los últimos meses, dando la impresión pública de que no estaba dispuesto a luchar o confrontarse con Israel mientras se preparaba para esta operación masiva", dijo a Reuters la fuente cercana a la agrupación terrorista.
La "provocación" israelí
Hamás llamó a su operación "Tormenta Al-Aqsa", lo cual tiene una explicación, según explicó a la BBC Ian Parmeter, historiador e investigador del Centro de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Nacional de Australia.
"Itamar Ben-Gvir, el ministro de Seguridad Nacional de la coalición de Netanyahu, ha visitado la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén Oriental, ocupado por Israel, acompañado de grupos de colonos ultranacionalistas. Esta mezquita es uno de los lugares más sagrados del Islam y un símbolo nacional palestino. Muchos en los territorios palestinos han considerado las visitas de Ben-Gvir como provocaciones", señaló Parmeter al medio británico. Varios grupos judíos israelíes de línea dura promueven la destrucción del complejo y proponen construir un templo judío en su lugar.
¿Qué gana Hamás con su ataque?
Según Itamar Ben-Gvir, con su ataque Hamás pretende erigirse como el "principal protagonista de la resistencia a Israel" en su lucha por sustituir a Mahmoud Abbas, el actual presidente de la Autoridad Nacional Palestina.
El ministro de Seguridad Nacional, explicó que Hamás también quiere arrastrar consigo a la guerra a Hezbolá y a las facciones de Cisjordania en nombre de la mencionada "unificación de frentes", así como, intercambiar rehenes en un futuro.
"Los próximos días demostrarán si Hamás abarca más de lo que puede apretar. Ahora está en juego su propia existencia", argumentó Parmeter. Al respecto, Netanyahu aseguró que la respuesta de su país "cambiaría Oriente Medio", sin dar más detalles.