
Así de entrada, un nuevo restaurante-club en la parte high de la ciudad, de puro lujo ambiental, con instalaciones apabullantes y propiedad de un multimillonario ruso, sugiere grandes noches de vodka premium y polvo de estrellas pero gastronomía tan sólo para salir del paso. De entrada. Hasta que en el mogollón se cruza David Reartes.
David, chef forjado en el mundo del comercio del pescado, en el mítico Can Pineda de Barcelona, en una aventura en solitario -Blanc de tòfona- que tan sólo fracasó por la ceguera de sus socios y actualmente implicado en la restauración de la ibicenca Cala Bassa, es el turning point en el supuesto antes mencionado. Manos precisas y mirada canalla. Perfecto para conseguir una carta moderna, de club pijo, pero con extraordinaria solvencia y suculencia.
David, que no ha dejado el arrebato de Ibiza (allí estará en temporada, dejando en Barcelona a su equipo dirigido por Martín Vázquez), ha sabido llenar de alegría gastronómica un establecimiento de alto diseño y con un club de altura (detalle funky: los baños tienen mirillas) cuyo destino culinario, sin él, hubiera sido cuanto menos impreciso.
Bajo la dirección e ideología global del diseñador Jordi Cuesta, Dime, que es el nombre del espacio (aunque pueda parecer mentira, se trata del título de un tema de Lole y Manuel que fascinó al ruso hace muchos años; de hecho, la legendaria pareja dio un recital exclusivo para la inauguración), propone, en sus amplios salones y en sus selectas terrazas, una cocina divertida, cosmopolita, rica, fácil y muy gratificante. Aunque sin renunciar a la clase. Elaboraciones sencillas pero de acerados acabados. Zamburiñas con salsa zuke de agradable frescor y hasta complejidad. Ensalada sunomomo de tomates y encurtidos con sardina ahumada. Ensalada de verduritas crocantes con vinagreta de semillas de mostaza y suero de Taleggio. Lo dicho, frescura, jovialidad, luz.
Los segundos no ceden ni un ápice en el control de los ingredientes y el savoir faire en las composiciones. Mola el bacalao con guisantes, tripas de bacalao y pil pil de menta. Y es un festival la costilla de asado, de Wagyu, con quinoa y chimichurri, fusión gloriosa de la textura oriental fundente y el potente sabor gaucho. Aunque el plato más aplaudido por la clientela es el huevo a baja temperatura y frito con cremoso de patata y jamón ibérico crudo, un verdadero hit que ya es fama en la ciudad.
O sea, un club 'de lo más' con una cocina de virtuoso desparpajo. Más no se puede pedir.
El Menú
Primer plato: croquetas de la 'yayi'
Segundo plato: canelones de rabo de buey
Postre: borracho con chocolate blanco y helado de vainilla
Precio medio: 40 euros
Restaurante Dime
Doctor Fleming, 11. Barcelona.
Tel. 93 534 33 66.
Reservas restauranteinfo@dimebarcelonarestaurant.com.