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¿Un "cuerpo 10" para este verano?

Consigue un balance energético negativo para empezar a bajar peso. Imagen: archivo

Acabamos de estrenar la primavera, por lo que si uno de tus objetivos para este verano es perder alguno de los kilos cogidos durante el largo invierno ¡toma nota! Todavía tienes tres meses, tómatelo con calma y sigue estos consejos con los que conseguirás los resultados que andabas buscando.

1. Quema más y come menos. ¿Simple verdad? Aunque parezca un sencillo cálculo matemático, si lo que buscas es reducir tus kilos de cara al periodo estival, es imprescindible lograr un balance energético negativo. Una de las propuestas es que elimines todas aquellas calorías "innecesarias", ya que siempre son las más difíciles de quemar mediante el ejercicio. Reduce el consumo de alcohol y azúcar, sustituye frituras por cocina a la plancha o la parrilla y cambia ascensores por escaleras. Si quemas 500 calorías más de las que consumes comenzarás a reducir peso de forma gradual y sostenida en poco tiempo.

2. Come de todo en su justa medida. Para que nuestra figura se mantenga a lo largo del tiempo y no sufrir el temido efecto rebote, es fundamental conseguir una alimentación equilibrada. Debemos incluir en nuestro "día a día" todo tipo de alimentos, siempre y cuando sea en su justa medida. Controla la frecuencia y la cantidad de los dulces y antojos, es bueno darse algún capricho de vez en cuando, pero es importante mantener siempre el ya nombrado "balance energético negativo". El plan será exitoso y no nos desviaremos del camino que nos lleva a adelgazar sin prisas de aquí al verano.

3. Planifica tu tiempo. Improvisar comidas y entrenamientos no es buen aliado si lo que nos proponemos es reducir volumen. El orden alimenticio y la organización nos ayudará a mantener nuestro plan y no caer en tentaciones. Programa tu entrenamiento en el gimnasio o los días en los que practicar tu deporte favorito, estableciendo horarios y rutinas. También es fundamental planificar las comidas a realizar y en función de ellas la compra, manera de no tener en casa alimentos que puedan tentarnos o que falten los ingredientes para los platos que planeamos consumir y que se ajustan a nuestra dieta.

4. Controla cuando y como comes. La rutina suele ser aburrida, pero es también un aliado en este tipo de planes. Por último, el horario de las comidas así como la forma en que comemos, pueden determinar y modificar la cantidad ingerida y el efecto de ésta en nuestro organismo. Es decir, es fundamental no saltar comidas, ni tampoco pasar mucho tiempo entre una ingesta y otra.

En definitiva, lo que debemos hace, una vez tomada la decisión, planificar desde ya e intentar seguir estas indicaciones. No caeréis en la desesperación ni intentaréis recurrir a los recursos milagrosos, que tan peligrosos son a su vez para la salud.

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