Comunidad Valenciana

Salto en renovables: más de 3.000 millones de inversión en 4 años en la Comunitat Valenciana

  • Las empresas piden acelerar los plazos de tramitación, de hasta dos años
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Olivia Fontanillo

El sector de energías renovables se ha reactivado en la Comunitat Valenciana y lo ha hecho con fuerza. La necesaria convergencia con los objetivos marcados desde Europa, la clara apuesta de la Administración autonómica por la transición hacia un modelo energético más limpio y sostenible y los desarrollos tecnológicos, que hacen que estas energías sean ya competitivas por inversión, costes y acceso a redes, han animado los proyectos en el sector, tras cinco años de parón. La nueva inversión en estos desarrollos podría superar los 3.000 millones de euros en la región en los próximos cuatro años y generar 1.500 puestos de trabajo cualificado estables, según estimaciones de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen). | Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana.

"Unas previsiones que quedan condicionadas al desbloqueo definitivo de los proyectos eólicos y a que se avance en la que es nuestra principal reclamación desde hace años: la articulación de un marco normativo y unos trámites administrativos más ágiles, como los que están vigentes en otras comunidades autónomas", subraya Marcos Lacruz, presidente de Avaesen.

Lacruz detalla que, de los 3.000 millones de inversión prevista, unos 2.000 millones corresponderían a proyectos de energía solar fotovoltaica y los otros 1.000 millones, a eólica.

La inauguración, en marzo, de una planta solar en Requena (Valencia), con 12 megavatios (MW) de potencia, levantada por el grupo suizo Edisun Power, simbolizó el renacimiento del sector en la Comunitat Valenciana: es el primer parque solar que entra en funcionamiento en la región desde 2013. La inversión total en el proyecto ha rondado los 20 millones de euros.

Según datos de la Conselleria de Economía, desde septiembre se han presentado más de 20 solicitudes para desarrollar nuevos proyectos de generación de energías renovables, que rondan los 1.000 megavatios de potencial en total, en diferentes fases de tramitación. Una cifra que el responsable de Avaesen eleva hasta los 2.000 MW, "dado que algunos de los planes ni siquiera han sido comunicados aún a la Administración".

Una de las tendencias que reflejan los nuevos proyectos es un incremento del tamaño de las instalaciones. En el caso de la nueva planta de Edisun Power, se compone de dos bloques con seis megavatios de potencia punta en cada uno, los de mayor tamaño instalados en la región -puede dar cobertura al consumo eléctrico medio anual de unas 7.000 viviendas-. Entre las nuevas solicitudes a Economía, se incluyen planes que alcanzan los 48 megavatios de potencia máxima. "Por economía de escala, las plantas de mayor tamaño son más rentables y competitivas en costes, por lo que se tiende a maximizar los proyectos", apunta Lacruz.

Nuevo marco normativo

"La Comunitat Valenciana cuenta con las condiciones naturales propicias tanto para la energía solar como la eólica, un alto consumo energético -en parte, por el amplio tejido industrial- e interés de empresas del sector de renovables y de inversores. Los avances tecnológicos han propiciado que los proyectos sean viables desde el punto de vista financiero. Lo que falla son las trabas burocráticas que dejaron las Administraciones anteriores, que provocan que los trámites puedan alargarse hasta dos años. Creemos que existe una voluntad clara por parte de la Generalitat -con implicación de los diferentes departamentos involucrados, dependientes de Economía, Medio Ambiente y Territorio-, pero los procesos están siendo mucho más lentos de lo esperado", alerta Marcos Lacruz, que pone sobre la mesa la necesidad de articular "algún mecanismo exprés" para dar respuesta al interés inversor y evitar el desvío a otras comunidades que han apostado claramente por dar facilidades a un sector que no sólo genera riqueza y empleo cualificado y de calidad de forma directa, sino que, también, incentiva el desarrollo de industrias y servicios auxiliares. Es el caso de Castilla-La Mancha o Murcia, donde la tramitación se completa en unos cuatro meses.

Las empresas del sector confían en los avances que en esta línea aportarán tanto la reforma de la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje (Lotup) de la Comunitat, en tramitación en las Cortes Valencianas, como la futura Valencian Investment Desk (VID) o Punto de Atención a la Inversión, concebido como una oficina de coordinación e impulso de proyectos empresariales de interés para la región, que funcionará como ventanilla única para planes que impliquen una inversión mínima de 600.000 euros o la creación de 10 empleos.

"En la Comunitat tenemos empresas punteras en energías renovables, que en los últimos años, ante la paralización del sector en España, han llevado sus desarrollos tecnológicos por todo el mundo, desde los países de Latinoamérica a Japón. Muchas de ellas están volviendo a centrar su atención en la región, con mucho interés y muchas ganas", afirma Lacruz.

Sociedades especializadas

En los últimos nueve meses, desde que la Conselleria de Economía anunció el desbloqueo definitivo del Plan Eólico y presentó el Plan de Energía Sostenible de la Comunitat Valenciana 2020, se ha multiplicado la inscripción en el Registro Mercantil de sociedades constituidas para abordar desarrollos, la mayoría, promovidas por grupos que ya tienen actividad en este sector.

Entre las iniciativas más recientes están las de la multinacional Abo Wind, con sede en Alemania, que ha creado seis nuevas empresas; dos sociedades constituidas por la compañía valenciana Grupotec, que, en enero anunció una empresa junto a Foener Energía -filial del Grupo Importaco-, especializada también en este ámbito, o el registro de cuatro nuevas firmas por Energy Investment, grupo del presidente de Avaesen.

Climaster Solar, sociedad de Lacruz, fue la única empresa valenciana que resultó adjudicataria en el concurso realizado por el Gobierno el pasado verano, con 3.900 kilovatios asignados -que equivalen al consumo anual de 1.600 familias al año-. La firma está inmersa en la construcción de una planta fotovoltaica en Villena, con 13.000 módulos. La inversión es de cuatro millones de euros y se prevé que esté operativa a finales de verano.

El conseller de Economía, Rafael Climent, y la directora general del Ivace, Júlia Company, detallaron que los principales objetivos contemplados en el Plan de Energía Sostenible son "conseguir que el 16 por ciento del consumo de energía final provenga de fuentes de energía renovables -por debajo del 20 por ciento fijado como objetivo general para el conjunto de la Unión Europea-, incrementar en 260 megavatios la potencia eléctrica instalada procedente de sistemas de autoconsumo, mejorar la eficiencia energética final un 1,5 por ciento interanual y reducir el consumo energético de la Generalitat en un 12 por ciento". Con ello, se lograría "un ahorro total de energía de 1.390 millones de toneladas equivalentes de petróleo y evitará la emisión a la atmósfera de más de 4.700 toneladas de CO2".

Este plan incluye cuatro subplanes específicos, asociados a cada uno de los objetivos, en los que se recogen las directrices y principales medidas para alcanzarlos. En el caso de las energías renovables, contempla que aporten una producción eléctrica de 5,963 gigavatios hora en 2020 y que el 50 por ciento de toda la potencia eléctrica del territorio tenga origen renovable.

Además, se espera que este impulso a la producción tenga efectos positivos en la balanza comercial de la Comunitat Valenciana, ya que evitaría tener que recurrir a importaciones.

Retrasos en proyectos eólicos

La proliferación de proyectos de instalaciones fotovoltaicas contrasta con la situación de la energía eólica, a pesar de que varios grupos han manifestado a la Generalitat su interés en este ámbito. En base al Plan Eólico aprobado por la Generalitat en el año 2001 -en el que se definían 15 zonas en las que se permiten instalar este tipo de centrales eléctricas-, se realizaron dos convocatorias, resueltas en 2003 y 2009, que adjudicaron una potencia aproximada de 2.680 megavatios. En la actualidad, solo se han desarrollado nueve de las zonas, algunas de ellas, de forma parcial. En las seis zonas restantes, no ha sido instalado ningún aerogenerador. En total, únicamente se ha puesto en servicio un 44 por ciento de toda la potencia adjudicada  -1.200 megavatios, aproximadamente-. Los tres últimos parques en ponerse en marcha lo hicieron en 2011.

El pasado julio, el Consell eliminó la necesidad de convocatoria o concurso previo para abordar estos desarrollos, lo que supone menores plazos en la práctica, así como la obligación de presentar proyectos por zonas completas, de manera que se facilita la participación de empresas con menor tamaño.

Asimismo, se anunció la aceleración de los trámites para desbloquear los desarrollos en las zonas adjudicadas y no construidas, un proceso que, según la estimación de la Conselleria de Economía, concluiría el pasado otoño. Este objetivo no se ha conseguido. "En algunos de los casos, las empresas inicialmente adjudicatarias han presentado alegaciones, a pesar de que los derechos de explotación vencían, según los contratos, a los cinco años del concurso. Estas acciones están alargando el proceso más de lo que la Administración esperaba", detalla Lacruz.

Avaesen apunta, asimismo, a una necesaria reforma del actual marco regulatorio en materia urbanística y fiscal para facilitar las instalaciones de generación de energía fotovoltaica orientada al autoconsumo por parte de las industrias. "El coste de la energía es uno de los más elevados para gran parte de las actividades empresariales, muy sensibilizadas en poder reforzar su competitividad a través del ahorro en la factura energética", indica.

"Las empresas no deben tener miedo a invertir en instalaciones de energía renovable, porque el Consell apuesta por ella, independientemente de las políticas de impuestos al Sol que imponen en Madrid", afirma Climent.

El Plan de Impulso al Autoconsumo de la Generalitat contempla medidas de apoyo a empresas y particulares, con el objetivo de alcanzar una potencia de 260 megavatios en este tipo de instalaciones.

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