Transportes y Turismo

La checa Skoda aún no ha hablado con Criteria para entrar en la fusión con Talgo

Tren fabricado por Skoda para la operadora alemana DB. / Skoda

Víctor de Elena

Skoda Transportation comunicó a Talgo su interés por fusionarse sin sentarse con ninguno de sus potenciales socios, Criteria y Escribano, ni contactar con el consejo de administración de la industria española. La operación auspiciada por el Gobierno para evitar que el fabricante de trenes acabe en manos húngaras ha arrancado con una notable incertidumbre, según se extrae del comportamiento del mercado y en opinión de varios de los actores implicados.

La carta enviada por la compañía checa ha sido recibida con hostilidad en la sede del fabricante, quien inmediatamente convocó a su consejo para reclamar más información sobre los planes industriales, financieros y capacidad económica para lanzar una contraopa superior a los 5 euros por acción (619 millones en total) ofertados por el consorcio húngaro Ganz-MaVag (Magyar Vagon).

Tampoco tienen noticias de Skoda en los cuarteles generales de CriteriaCaixa, llamado a ser su socio financiero. En el brazo inversor de La Caixa, que se ha visto arrastrado a la operación por el Gobierno, no se ha recibido noticia ni petición alguna del fabricante, según ha podido conocer este medio.

Por el momento, la gestora dirigida por Ángel Simón mantiene la misma postura que desde que su nombre empezó a sonar como aliado de los checos en la operación: en caso de que se concrete una propuesta alternativa a la húngara, y siempre que el interesado pueda ejercer de socio industrial, Criteria valorará la oferta que se ponga sobre la mesa, sin que hasta el momento haya tomado decisión alguna.

Su actitud difiere de la de la empresa de defensa Escribano, que se postuló a participar en la operación, pero sin embargo declina hacer cualquier tipo de comentario sobre su participación ni nada vinculado a la misma. Misma respuesta ofrece la SEPI, algo más lógico dado el papel ejecutor de este organismo de las decisiones que tome el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Todo este escenario deja entrever que el Gobierno es, por el momento, el único socio de Skoda en esta operación de 'rescate' de manos húngaras. Directivos del Ministerio de Transportes se reunieron con el grupo checo a finales de abril para diseñar su posible entrada, unas conversaciones que se han mantenido a distancia durante estos últimos meses y que podrían concretarse en unas semanas.

El movimiento solitario de Skoda ha levantado dudas en el mercado —la acción apenas se ha elevado un 1,5%, a unos 4,06 euros por título, lejos de la contraprestación ofrecida por Hungría—. También en muchos de los implicados, quienes recelan de que el fabricante centroeuropeo tenga la capacidad suficiente como para adquirir la empresa por sí mismo, pese a que su máximo accionista, el holding PPF, ganó más de 1.400 millones de euros el pasado año.

Esta incertidumbre parece disiparse según nos acercamos a Moncloa. Distintos representantes del Gobierno tanteados por este medio evitan comentar la operación, pero no ocultan su confianza en que salga adelante. La política del silencio y la discreción se han convertido en norma entre todos los implicados como forma de evitar que el proceso se trastabille. Lo saben mejor que nadie los portavoces de Skoda, que repiten una y otra vez la misma frase: "No hacemos comentarios sobre nuestras operaciones comerciales".