Transportes y Turismo

La húngara Magyar Vagon, que aspira a comprar Talgo, pierde 50 millones de euros en dos años

András Tombor, portavoz de Ganz-MaVag. / EFE

Víctor de Elena

Ganz-MaVag, grupo húngaro encargado de la operación de compra de Talgo a través de su filial Magyar Vagon, finalizó el año 2023 con unas pérdidas de 11,9 millones de euros en su segundo año de vida. Las cuentas depositadas en el registro mercantil de Hungría muestran cómo la única de sus filiales con actividad continuada, Ganz-MaVag International, que articula ciertos negocios de Magyar Vagon en el extranjero, volvió a registrar 'números rojos' por segundo año consecutivo.

Las pérdidas de 11,9 millones (4.700 millones de forintos), se acumulan a las registradas en 2022, que ascendieron a otros 37,6 millones de euros. Por esta razón, la empresa ha reducido su capital en 10,8 millones de euros, según informó el medio magiar hvg.hu, quien también revela que los propietarios han asegurado el apoyo financiero necesario para que pueda funcionar durante otros 12 meses.

Los medios húngaros achacan estas pérdidas al "mal negocio" del contrato de suministro de coches de viajeros para Egipto, ya que Ganz-MaVag International es sociedad creada para desarrollar este proyecto. Este acuerdo contempla la construcción de 1.350 coches para los ferrocarriles egipcios, y su entrega se alargará hasta principios de 2025.

Fuentes de este holding empresarial explican que las pérdidas se corresponden a un "aumento contable en los costes de fabricación están relacionados con el proyecto ENR". El portavoz de Ganz-MaVag Europe, András Tombor, definía este miércoles el proyecto egipcio como "un contrato muy bueno", y calificó al país como un territorio donde "hay oportunidades de colaboración".

"Sin embargo, pese a las pérdidas contables, Ganz Mavag International tuvo un flujo de caja positivo en 2023. Pudo aumentar su posición de efectivo en 5,2 millones de euros durante 2023, incluso después de distribuir 5 millones en dividendos durante ese mismo año", explican desde la compañía.

Hungría la desvincula de la operación Talgo

Tombor, portavoz del consorcio que pretende adquirir Talgo, es propietario del 50% de Ganz-MaVag International a través de su sociedad CATO Investments. El restante está en manos de Magyar Vagon Befektetési, sociedad en la que se integran algunos de sus socios en la aventura de comprar Talgo: György Bacsa, Zsolt Komondi o Csaba Töro, algunos de ellos también relacionados con la petrolera húngara MOL.

Magyar Vagon es, a su vez, dueña del 55% del consorcio Ganz-MaVag Europe, que presentó la oferta de compra del fabricante de trenes español por 619 millones de euros. El 45% restante está en manos del fondo estatal Corvinus, controlado por el Gobierno de Viktor Orbán.

Desde el conglomerado de empresas del Este de Europa aseguran que "Ganz Mavag International no tiene vínculos ni relaciones de ningún tipo con la oferta pública de adquisición de Talgo", ya que, "en relación con la oferta pública de Talgo opera sin capacidad de recurso alguno". Así, tratan de desvincularla de Ganz-Mavag Europe, la entidad que lanzó la oferta pública de adquisición por Talgo.

Un contrato "ruinoso"

Según reporta la prensa magiar, el contrato de Egipto se logró con un crédito blanco del banco exterior húngaro Eximbankque también ha financiado la operación Talgo—. De su fabricación se encarga la fábrica local DJJ (Dunakeszi Járm?javító Kft.), ahora filial y subcontratista de Magyar Vagon, que en su momento aceptó ejecutar el pedido de la mano de sus antiguos propietarios, la compañía rusa TMH, que cesó sus operaciones en Hungría tras la invasión rusa de Ucrania.

Sin embargo DJJ, de titularidad pública, fue privatizada en 2022 como parte del plan del Gobierno de Viktor Orbán por constituir una industria nacional ferroviaria potente, y fue adquirida por el propio Tombor, portavoz de Ganz-MaVag y accionista de Magyar Vagon, quien la ha integrado en su operativa.

Según las cuentas del registro mercantil húngaro, DJJ no sufrió pérdidas pero redujo sustancialmente sus ingresos y su beneficio después de impuestos, que se quedó en 130.000 euros frente a los 850.000 euros del año previo.