Telecomunicaciones y tecnología

ByteDance pone en manos de China el futuro de TikTok Global y pelea con Trump en los tribunales


    José Luis de Haro
    Nueva York,

    La saga por el control de TikTok sigue su curso en medio de una evidente confusión que debería aclararse antes del próximo domingo. Al fin y al cabo, el 27 de septiembre vence la extensión ofrecida por el Departamento de Comercio la semana pasada para prohibir la descarga de la popular aplicación en plataformas como la App Store de Apple o Google Play de Alphabet.

    Viéndolas venir y aprovechando que el domingo una jueza federal de un tribunal californiano congeló una decisión similar sobre WeChat, propiedad de Tencent, TikTok ha pedido ya una orden judicial preliminar contra la Administración Trump el miércoles. Esta maniobra legal tiene como objetivo proteger sus servicios en EEUU contra una posible prohibición. La solicitud, presentada en un Tribunal del Distrito de Columbia, responde así a la normativa emitida por el Departamento de Comercio.

    Mientras tanto, ByteDance, la matriz de la popular aplicación de vídeo, confirmó el jueves que ha presentado oficialmente a las autoridades chinas su acuerdo para asociarse con Oracle y Walmart para crear una nueva compañía con sede en EEUU, que llevará por nombre TikTok Global. La compañía requiere de una licencia después de que Pekín impusiera recientemente una nueva legislación sobre la exportación de tecnología y necesitará que el gobierno chino de su beneplácito antes de seguir adelante con el plan anunciado la semana pasada.

    Gao Feng, portavoz del Ministerio de Comercio de China, confirmó el jueves en una rueda de prensa haber recibido la solicitud de Bytedance para la exportación de tecnología y que ésta se gestionará de acuerdo a las nuevas regulaciones.

    La situación no ofrece claridad a un acuerdo en el que los términos siguen siendo dispares, especialmente en lo que se refiere a quién controlará TikTok Global. ByteDance insiste en que tendrá el 80% de la nueva entidad. Los estadounidenses dicen que controlarán una participación mayoritaria. Oracle y Walmart poseerán solo el 20% de TikTik Global pero es cierto que las entidades de capital de riesgo estadounidenses, como General Atlantic y Sequoia Capital ya poseen el 41% de ByteDance.

    Dependiendo cómo se quieran calcular los porcentajes resultantes ambos bandos pueden defender un control de más del 50% de TikTok Global, que cuenta con una valor aproximado de 60.000 millones de dólares y se espera que salga a bolsa en el próximo año si el acuerdo sobrevive.

    Otra pregunta importante es quién controlará la tecnología de TikTok. Pekín ha impedido que los algoritmos de ByteDance formen parte de la venta. Los miembros del consejo de Seguridad Nacional de EEUU quieren asegurarse no solo de que los datos de los usuarios estadounidenses se resguarde en servidores estadounidenses de Oracle sino también que no se desvíen datos y que el algoritmo no se utilice para difundir información errónea o influenciar tendencias. Según las previsiones, el código fuente permanecerá en China, pero Oracle tendrá acceso a él. El funcionamiento de esta relación todavía sigue siendo una incógnita.

    Es por ello que el acuerdo sigue en el aire. El fiscal general de EEUU William Barr y otros altos funcionarios de la Casa Blanca no lo han aprobado todavía y desconfían que frene los riesgos para la seguridad nacional, pese a que el presidente, Donald Trump, ofreciera un apoyo provisional que posteriormente puso en duda. Esto pone de manifiesto como incluso dentro del gobierno de EEUU existen facciones enfrentadas con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, como principal partidario del acuerdo.

    En China, donde el gobierno no se ha manifestado oficialmente sobre su parecer, los medios locales han sido los encargados de criticar duramente este proceso. A los editoriales del Global Times y el China Daily se suma también el de la agencia de noticias estatal Xinhua, que ha calificado la presión de EEUU a ByteDance para vender su popular aplicación como un acto de "piratería moderna".