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Mercedes Bermejo, psicóloga sanitaria, sobre cómo afectan las alertas actuales: "Tiene que ver con la irritabilidad y la falta de paciencia"

Una mujer se muestra cansada e irritable. / Foto: iStock

elEconomista.es

España se encuentra actualmente en plena segunda ola de calor, que dejará temperaturas máximas de entre 39 y 41 °C. Por ello, los profesionales de la salud advierten de la importancia de tomar medidas para evitar los temidos golpes de calor, aunque también puede conllevar algunas consecuencias a nivel psicológico.

"El calor no solamente es físico, sino que es algo también que afecta en lo emocional", advierte la psicóloga sanitaria Mercedes Bermejo en declaraciones a Europa Press. Unas altas temperaturas prolongadas en el tiempo puede disminuir las emociones positivas e incrementar las negativas, como la apatía, el mal humor, la sensación de confusión y el estrés.

Los efectos en el sueño

Según, Bermejo, "tiene que ver con la irritabilidad y la falta de paciencia". Si bien, algunos estudios científicos concluyen que en verano las personas tienen un mejor humor, debido a la exposición a más horas de luz, más tiempo al aire libre y más tiempo de ocio, un excesivo calor puede tener efectos contrarios.

Uno de los principales motivos por el que el calor afecta a nivel psicológico es porque se produce un peor descanso pro la noche. La médico internista del Hospital Vithas Madrid-Aravaca, Ana María Camacho, explica que "el calor infiere mucho en el sueño, en cómo lo conciliamos y en la calidad de ese sueño".

Qué hacer

Según esta experta, "aparte de estar más cansados, nos hace estar más irritados y menos capaces para hacer las actividades del día siguiente, ya sean ligeras". Por todo ello, llevar a cabo una serie de medidas para aliviar los efectos de estas situaciones resulta fundamental, entre las que se encuentra:

  • Evitar estar en el exterior en las horas centrales de sol, incluso aunque estemos en la sombra.
  • Mantenerse siempre hidratado en todo momento y teniendo siempre al alcance una botella de agua.
  • Las duchas han de hacerse siempre con agua templada, puesto que si se hacen con agua muy fría puede tener un efecto contrario al deseado.
  • En caso de salir a la calle, ponerse gran cantidad de protector solar y llevar ropa holgada que cubra la mayor parte del tiempo.
  • La alimentación debe tener un predominio de frutas y verduras, evitando especialmente las bebidas alcohólicas que pueden promover la deshidratación.

Si los síntomas se prolongan demasiado en el tiempo e interfieren en el correcto desarrollo de tu día a día, lo más recomendable es que consultes con un profesional de la salud para que pueda otorgarte las pautas adecuadas.