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Así afecta a la memoria y a la capacidad de concentración el consumo abusivo de las pantallas, según la psicología

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elEconomista.es

El uso de las plataformas de vídeos cortos como TikTok, Instagram o YouTube es cada vez más común entre prácticamente todos los públicos. Son formatos que captan la atención de forma inmediata y generan un bienestar durante un corto periodo de tiempo. Si bien, aunque pueden parecer inofensivos, si se consumen de forma prolongada pueden conllevar algunos riesgos para la salud.

Uno de los principales peligros es que puede generar es la adicción, puesto que con su uso se generan grandes cantidades de dopamina al cerebro. Este neurotransmisor está vinculado al placer y la recompensa, algo que se consigue gracias al flujo constante de estímulos. Esto puede dar lugar a una reducción de la "capacidad de aburrimiento" y afectar a la regulación emocional.

Insomnio y miedo a la soledad

Por otra parte, un nuevo fenómeno que se ha podido observar en los últimos años en los jóvenes es la nomofobia o miedo a estar sin el móvil. Un estudio elaborado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) señalaba que más del 80% de los jóvenes sufren de este trastorno, además, el 20% presenta síntomas de insomnio y el 40% confiesa conectarse para no sentirse solo.

Entre los efectos negativos más destacables de esta sobreestimulación se encuentra la dificultad de concentración, lo que puede hacer que en el caso de los más pequeños tenga efectos en el rendimiento escolar. En otro orden, si se utilizan antes de dormir, puede alterar la producción de melatonina, dando lugar a problemas para dormir.

En términos generales, las redes sociales suelen mostrar una visión distorsionada de la realidad, pues la mayoría de contenidos están editados o muy filtrados, ocasionando una idealización y distorsión de la realidad. En definitivo, limitar el uso de las pantallas en el caso de adultos y niños resulta clave para evitar los posibles efectos negativos que puede conllevar su abuso.