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Las personas que mueven la pierna sin parar mientras están sentadas tienen estas características, según la psicología


elEconomista.es

Una de las costumbres más habituales que seguro hemos podido detectar alguna vez en nosotros mismos o en otras personas es el movimiento constante de una o las dos piernas cuando estamos sentados. Generalmente, se trata de un movimiento involuntario, pero que puede ser muy molesto para el resto de individuos que están cerca. Según la psicología, este hábito está relacionado con el estrés o la ansiedad.

La causa principal de este movimiento es que ante determinadas emociones que nos abruman, el cuerpo busca liberar esa "tensión acumulada" de alguna forma, por ejemplo, a través de un meneo constante. Otras manías muy frecuentes relacionadas con esto son morderse las uñas, jugar con un mechón de pelo o hablar de manera muy acelerada también podrían indicar cierto grado de angustia.

Otra posible causa

Por otra parte, otra de las causas secundarias podría ser la dificultad de concentración o el aburrimiento, por ejemplo, cuando estamos ante actividades que no nos interesan demasiado. De ahí que sea muy habitual observar a alguien en una sala de espera con esta particular actividad, algo que también indicaría la necesidad imperiosa de abandonar un lugar.

En cualquier caso, se trata de la necesidad de liberar energía ante sentimientos "reprimidos", si bien, en casos más extremos podría tratarse de un trastorno conocido como el síndrome de las piernas inquietas (SPI). Esta enfermedad neurológica se caracteriza por una sensación molesta en las piernas que "obliga" a la persona que lo padece a mover estas extremidades.

Las características

Más allá de estas causas principales, los psicólogos han llegado a la conclusión de que las personas con este hábito podrían presentar algunos rasgos particulares, como pueden ser:

  • Son inseguras. Esto se debe principalmente al contexto estresante en el que viven.
  • Se preocupan en exceso. La hiperactividad del cerebro hace que estén generando pensamientos e ideas todo el rato, incluso en momentos de tranquilidad o reposo.
  • Se sienten desilusionadas. El motivo principal es que podrían estar atravesando situaciones de "bloqueo" que les hace sentirse frustradas y con poca motivación por las actividades diarias.
  • Costumbre adquirida. Más allá de un síntoma mental, en muchos casos simplemente se trata de una manía que han ido adaptando con el tiempo.

A pesar de que se trata de un hábito inofensivo, más allá de la posible incomodidad del resto de personas que se sientan cerca, en caso en el que detectes que esto afecta a tu vida diaria, lo más recomendable es consultar con su médico o especialista para obtener una respuesta. En algunos personas, el estrés puede controlarse a través de un estilo de vida saludable, gracias a determinados alimentos.