Los beneficios de la fibra más allá de favorecer el tránsito intestinal: puede prevenir algunos tipos de cáncer
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elEconomista.es
La fibra aporta múltiples beneficios para la salud de las personas y la dosis diaria recomendada es de entre 25 y 30 gramos, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, el consumo medio de los españoles es de solo 12,4 gramos, lo que supone una dosis insuficiente.
Los tipos de fibra que pueden encontrarse hoy en día son la soluble y la insoluble, ambas son imprescindibles en cualquier dieta sana y equilibrada. La fibra soluble es aquella que atrae el agua y la convierte en gel durante la digestión, lo que hace que las digestiones sean más lentas. Por otra parte, la fibra insoluble es aquella que se encuentra en alimentos como el salvado de trigo o las verduras, y aportan un mayor volumen a las heces haciendo que pasen más rápido.
Más allá de sus beneficios en el tránsito digestivo, la fibra soluble que se encuentra en alimentos como el aguacate, la manzana, el plátano o los cítricos ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre, puesto que ralentiza la absorción de los azúcares. Esto ayuda a disminuir la resistencia a la insulina, clave en la prevención y el tratamiento de la diabetes de tipo 2.
Menor riesgo de cáncer
Por otra parte, algunos expertos advierten que una dieta rica en fibra también está relacionada con un riesgo menor de padecer algunos tipos de cáncer como el colorrectal o el de páncreas, puesto que nutre las bacterias beneficiosas del colon. Además, aporta una mayor sensación de saciedad, lo que podría ayudar con el control de peso.
Una alta cantidad de fibra puede introducirse en la dieta de forma muy sencilla, por ejemplo, tomando para desayunar un bol de avena cocida una cucharada de semilla de chía y manzana o pera troceada. La ingesta de legumbres como lentejas o alubias a la hora de la comida puede ser también una opción muy saludable.