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Qué efectos tiene la vitamina B1 en la memoria de los mayores de 60 años

Hombre mayor con problemas de memoria. iStock

elEconomista.es

La tiamina (vitamina B1) es una vitamina B esencial soluble en agua involucrada en el metabolismo energético y la actividad de los neurotransmisores cerebrales. Este nutriente ha sido estudiado en varias ocasiones. La última investigación se ha publicado en la revista 'General Psychiatry' y en ella apuntan a que parece haber una curva en forma de J entre la tiamina dietética y el empeoramiento de la agudeza mental entre las personas mayores cognitivamente sanas.

El estudio explica que el punto óptimo sería una ingesta de 0,68 mg, por debajo del cual el impacto es relativamente pequeño. Aunque una ingesta mayor diaria se vinculó fuertemente con el deterioro cognitivo, con la dosis de mantenimiento óptima de 0,6 a menos de 1 mg/día. Unas buenas fuentes dietéticas de esta vitamina serían cereales integrales, cereales de desayuno fortificados, legumbres, hígado y salmón.

En estudios anteriores publicados sugerían que dosis altas podrían mejorar la función cognitiva en personas con deterioro cognitivo leve o demencia en etapa temprana. Pero la realidad es que no está claro si la ingesta dietética habitual se asocia con una desaceleración o una aceleración del deterioro cognitivo.

La investigación actual utilizó datos disponibles de la Encuesta de Salud y Nutrición de China (CHNS), un estudio multipropósito a largo plazo que se inició en 1989 y en el que se incluía a casi la mitad de la población del China en 2011.

En la investigación se basaron en más de 3.000 pacientes con una edad promedio de 63 años

En los años 1997, 2000, 2004 y 2006 se analizó la agudeza mental de participantes cognitivamente sanos de 55 años o más. En el estudio actual se basaron en 3.106 participantes con una edad promedio de 63 años y con al menos dos rondas de encuestas. En cada ronda se recopiló información sobre la dieta con datos detallados sobre la ingesta dietética personal durante 24 horas en 3 días consecutivos de la semana.

Para evaluar la capacidad verbal se usaron tres pruebas de recuerdo inmediato y diferido, memoria y fluidez numérica. El período promedio de seguimiento fue de casi seis años. Durante ese tiempo apareció una asociación en forma de J entre la ingesta de tiamina en la dieta y el ritmo de deterioro de la función cognitiva durante cinco años.

La ingesta media de tiamina fue de 0,93 mg/día pero el umbral parecía ser una ingesta diaria de 0,68 mg. No se hizo ninguna asociación significativa con el deterioro cognitivo por debajo de este nivel. En cambio, por encima de 0,68 mg/día, cada aumento de una unidad diaria (1 mg/día) en la ingesta de tiamina se asoció con una caída significativa de 4,24 puntos en la puntuación cognitiva global y 0,49 unidades en la puntuación compuesta en 5 años. Dado que la puntuación cognitiva global oscila entre 0 y 27 puntos, una disminución de aproximadamente 4 puntos significa una disminución en la función cognitiva de al menos un 15%.

Para explorar más a fondo el rango óptimo de tiamina en la dieta para mantener la función cognitiva, la ingesta se dividió en 0,4, 0,6, 0,8, 1, 1,2 y 1,4 mg/día. Esto demostró que el riesgo más bajo se asociaba con una ingesta de tiamina de 0,6 a menos de 1 mg/día. Por último, los investigadores señalan que es un estudio observacional y no se puede establecer la causa.