Salud Bienestar
La enfermedad que 'mataba de la risa' a quienes la padecían: se contraía por comer cerebro humano
- Los síntomas de esta enfermedad pueden comenzar a manifestarse hasta 50 años después de haberla contraído
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Arianna Villaescusa
Las enfermedades raras son aquellas que tienen una frecuencia muy baja: de menos de 5 casos por cada 10.000 habitantes. Estas se caracterizan por presentar síntomas muy particulares y, en muchos casos, muy variados. Tanto es así, que dentro de la misma enfermedad, los pacientes pueden presentar síntomas muy diferentes.
Una de estas es el kuru, una enfermedad muy poco común, ya que porque se contrae a través de la ingesta de tejido cerebral humano contaminado. Más allá de la forma en la que se produce el contagio, otra de las particularidades es que el periodo de incubación medio es de 10 a 13 años, aunque se han dado casos donde ha sido de 50 años o más.
El origen de la enfermedad
El kuru se originó entre un tribu de Nueva Guinea en la década de los 50, donde estas personas practicaban una forma de canibalismo como parte de un ritual funerario. Si bien, esta práctica ya dejó de hacerse a partir de 1960, los casos de personas con esta enfermedad continuaron dándose muchos años después.
Era especialmente común entre mujeres adultas y niños porque eran estos los que devoraban a sus familiares fallecidos. Esto se hacía bajo el pretexto de que si enterraban el cuerpo, este sería comido por gusanos, por lo que lo creían que lo más apropiado era que fuese ingerido por sus seres queridos.
Los síntomas
Según el portal MedlinePlus, los principales síntomas de la enfermedad se encuentran algunos como:
- Dolor en brazos y piernas.
- Problemas de coordinación.
- Dificultad para caminar.
- Cefaleas.
- Problemas para tragar. Esto puede dar lugar a una incapacidad para alimentarse correctamente, originando desnutrición.
- Temblores y espasmos musculares.
- Cambios bruscos en el estado de ánimo, con ataques de risa o de llanto aleatorios e incontrolados.
El diagnóstico suele darse una vez el profesional de la salud lleva a cabo un examen neurológico que identifique cambios en la coordinación y en la capacidad para caminar. Si bien podría llegar a administrarse medicación para suavizar los síntomas, la realidad es que actualmente no existe cura para esta enfermedad. De hecho, las personas enfermas suelen fallecer en el plazo de un año desde la aparición de los síntomas.